Una de las grandes bazas del Alpine A110 frente a su competencia, es decir, frente al Porsche 718 Cayman, es la ligereza. Todas las versiones del biplaza francés se caracterizan por su bajo peso y eso se traduce en buenas prestaciones y mejores sensaciones al volante.
Pero todo se puede mejorar y eso lo que ha hecho Alpine con el nuevo Alpine A110 R, una variante más radical de la berlinetta francesa que se convierte en la versión más rápida y exclusiva de la gama, pero también en la más liviana gracias a sus 1.082 kg.
La receta que convence a los puristas
Encontrar un coche actual que sea ligero es prácticamente una misión imposible y los deportivos no son una excepción. Vivimos en la era de los automóviles con sobrepeso, aunque eso no significa que sean coches lentos, como demuestran el BMW M3 Competition (1.805 kg) o el nuevo Mercedes-AMG C 63 S E-Performance (2.111 kg). El problema viene cuando hablamos de sensaciones.
Normalmente, los coches más ligeros no necesitan tanta potencia para transmitir sensaciones con las que no pueden ni soñar los automóviles más pesados, por mucho músculo que tengan.
Los Lotus son el mejor ejemplo de ello, al menos hasta ahora, pero también podemos hablar de los antiguos compactos GTI que ofrecían una relación peso/potencia espectacular.
Con el paso del tiempo, los coches han engordado y perdido esa magia que transmitían al volante, a pesar de que lo han intentado compensar con prestaciones de infarto. Pero la física no cambia y las sensaciones que transmite un deportivo ligero siguen siendo incomparables y, a menudo, compensan más que las prestaciones puras.
Por eso el Alpine A110 se ha hecho un hueco entre los puristas. Su diseño inspirado en el Alpine A110 ayuda, pero lo que engancha de este coche son las sensaciones que proporciona al volante.
El modelo base (Alpine A110) solo tiene 252 CV y el más potente (Alpine A110 S) 300 CV, pero, en los dos casos, el motor 1.8 TCe turboalimentado de cuatro cilindros es más que suficiente porque las dos versiones detienen la báscula en poco más de 1.100 kg.
Por eso no necesita más potencia, da igual que su interior no ofrezca el mismo nivel de calidad que el de un Porsche 718 y que esté equipado con tecnología que utilizaron los Renault de generaciones anteriores, como el climatizador. Es un coche concebido para disfrutar al volante y cumple de maravilla su objetivo.
Ahora Alpine se ha propuesto mejorar esa receta con el Alpine A110 R. Al contrario de lo que harían muchos fabricantes no ha optado por incrementar la potencia del bloque de cuatro cilindros, sino que ha apostado por rebajar el peso del conjunto.
Gracias a la dieta a la que ha sido sometido, el Alpine A110 R es 34 kg más ligero que el A110 S, por lo que solo pesa 1.082 kg y su relación peso/potencia pasa a ser de 3,6 kg/CV. Su rival directo, el Porsche 718 Cayman T, equipado con un motor bóxer 2.0 turbo de cuatro cilindros e idéntica potencia (300 CV), pesa 1.425 CV.
Para lograr el ahorro de peso, Alpine ha utilizado más fibra de carbono de lo normal, tanto por fuera como por dentro. El capó está íntegramente fabricado con este material, de la misma forma que las llantas, la luneta trasera y la estructura de los asientos, que son de tipo baquet y están firmados por Sabelt.
Además de ser más ligero, el Alpine A110 R tiene una puesta a punto específica orientada al uso en circuito. La suspensión es 10 mm más baja que la del A110 S de serie, pero unos amortiguadores ajustables permiten rebajarla otros 10 mm más. También cuenta con barras estabilizadoras más rígidas (un 10% extra delante y un 25% detrás) y muelles más firmes.
Y Alpine tampoco se ha olvidado de los frenos. La firma francesa ha recurrido al especialista Brembo para dotar al A110 R con discos de 320 mm de diámetro en los dos ejes, mientras que el equipo de diseño de Alpine ha dado forma a un sistema que canaliza mejor el aire y optimiza la refrigeración de los frenos.
Otra de las cosas que cambia es el escape para mejorar el sonido. Además, el A110 R prescinde de parte del material de insonorización y sustituye la mampara de cristal que separa el habitáculo del motor por una de aluminio que deja pasar más ruido al interior.
Todas estas mejoras se acompañan con un kit aerodinámico para el exterior que incluye un nuevo difusor, un alerón específico, faldones laterales de carbono y las llantas, que también contribuyen a mejorar la aerodinámica. Por dentro, tiene un aspecto más radical gracias a la fibra de carbono, los anagramas R, los tiradores de tela de las puertas y los colores exclusivos de la tapicería.
Si hablamos de números, las modificaciones de las que hace gala el Alpine A110 R le permiten acelerar de 0 a 100 km/h en 3,9 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 285 km/h. El Alpine A110 S de 300 CV alcanza los 100 km/h desde parado en 4,2 segundos y llega hasta los 260 km/h.
En lo que respecta a las sensaciones y el rendimiento, la ganancia debe ser más notable. Pero ¿cuál es el precio de tener un Alpine A110 todavía más purista? Pues bien, esta versión ya está disponible desde 103.000 euros.
El Alpine A110 básico está a la venta desde 63.200 euros y el Alpine A110 S arranca en 75.800 euros. Eso significa que el Alpine A110 R es 39.800 euros más caro que el A110 de 252 CV y 27.200 euros más caro que el A110 S de 300 CV. El ahorro de peso de 34 kg respecto a la versión de la misma potencia cuesta 800 euros por cada kilo.
Si lo comparamos con el Porsche 718 Cayman, la versión T de 300 CV parte de los 79.373 euros y el 718 Cayman GTS está disponible desde 99.804 euros con un motor atmosférico de seis cilindros y 400 CV.
El siguiente escalón es el 718 Cayman GT4, que se podría comparar por radicalidad al Alpine A110 R, pero es más potente y tiene un precio de partida de 119.537 euros.