Es una lástima que un coche tan sumamente bonito no sea rentable para una marca, pero la dura vida económica es así y cuando algo molesta, se quita de enmedio, carpetazo y a seguir con otra cosa.
El pasado 18 de diciembre salió de la planta alemana encargada de su producción el último Chrysler Crossfire, un biplaza que por motivos que no logro comprender no ha calado ni aquí ni en el otro lado del charco. Bonito es y estructuralmente, compartía casi todo con los SLK de la anterior generación.
Pero todo tiene su lado positivo. El hueco dejado por el Crossfire puede suponer que el Dodge Demon Concept sea el elegido para ocuparlo. Se le dió vía libre en Ginebra, así que parece más que cantado.
Vía | Motor Authority
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