Los compactos deportivos, como el eterno Volkswagen Golf GTI o el Honda Civic Type R, siempre han sido coches caros. Que un pasado idealizado y los precios de antaño no nos engañen, eran coches exclusivos. Sin embargo, estos últimos años han alcanzado precios inauditos. Y no hablamos aquí de especulación.
Es verdad, los coches actuales son comparativamente más caros que hace 10 o 20 años, y de forma descarada, además. En el caso de los compactos deportivos, es aún más edificante. Tanto que algunos modelos actuales son más caros que el Audi S3 Sportback original.
Veamos algunos ejemplos.
Subidas de 6.000 a 22.000 euros
Si miramos el caso del propio Honda Civic Type R, entre el modelo de 2007 y el actual Type R, la diferencia es abrumadora: 22.418 euros. El Civic Type R de 2007 costaba antes de impuestos 19.992 euros, que en euros de 2022 serían 25.793 euros. Añadiendo el IVA que entre tanto pasó de 16% a 21% y el impuesto de matriculación de 9,75% y llegamos a un precio de 32.434 euros.
Si lo actualizamos con la fiscalidad actual (el IVA que entre tanto pasó de 16% a 21% y el impuesto de matriculación actual de 9,75%) llegamos a un precio equivalente de 32.434 euros. Su descendiente de hoy, vale 22.416 euros más. Es decir, el incremento es prácticamente idéntico al precio de un Honda Jazz, que cuesta hoy desde 22.946 euros.
El nuevo modelo es más grande, más potente (+130 CV) y más tecnológico, y además, es un segmento en el que cada vez hay menos ventas por lo que el coste unitario sube.
Obviamente, no es algo específico de Honda, aunque no todas las marcas que mantienen compactos deportivos en su catálogo han subido los precios a niveles bestias.
Si miramos el caso del SEAT León Cupra 240 CV de 2006, el modelo más potente entonces, costaba el equivalente de 36.985 euros (una vez ajustado con el IPC y la fiscalidad actual), mientras que el CUPRA León 2023 de 300 CV cuesta 54.617 euros.
El "León CUPRA" tope de gama ha subido 17.632 euros. La situación mejora si miramos el CUPRA León de 245 CV (desde 42.675 euros), es 5.690 euros más caro. Pero no es el tope de gama como lo era el Cupra de 2006.
Seguimos en el grupo Volkswagen. El Volkswagen Golf GTI 5 puertas de 200 CV pasó de costar en 2008 el equivalente de 37.915 euros (una vez ajustado a la inflación y la fiscalidad actual).
Hoy, el Volkswagen Golf GTi tiene 245 CV y cuesta desde 46.410 euros (48.545 euros, en caso de optar por el cambio DSG). El incremento es en este caso muy inferior a los operados por Honda o SEAT S.A. (CUPRA), pues es de “sólo” 8.595 euros.
Uno de los pocos compactos deportivos de largo y afamado linaje que quedan aún en el mercado, el Renault Megane RS costaba en su versión de 5 puertas y 225 CV en 2008 el equivalente de 40.658 euros (una vez ajustado a la inflación y a la fiscalidad actual).
El modelo actual con 300 CV y cambio de doble embrague EDC, y que ya tiene una rueda fuera del catálogo de Renault para siempre, cuesta -o costaba- en su versión normal 46.490 euros. Es decir, ha subido “sólo” 6.031 euros.
¿Se justifican esas subidas de precios? Los fabricantes dirán que sí, por el aumento de los costes de desarrollo, las mayores medidas anticontaminación que equipan los coches, los servicios conectados, ya sean los obligatorios por ley y los que no, así como el aumento del coste unitario de esos modelos, ya que se venden menos que antaño. Pero sobre todo, la subida se justifica si hay clientela dispuesta a pagar ese precio, el precio de la exclusividad.
La realidad es que un enésimo ejemplo de la nueva estrategia de muchas marcas: vender menos, pero ganar más. Uno de los mejores ejemplos lo tenemos en CUPRA, que en 2021 vendió 79.300 coches. Y sólo con menos de 80.000 coches generó nada más y nada menos que el 25% de la facturación de SEAT S.A. En 2022, CUPRA vendió 152.900 coches, por lo que nos podemos imaginar lo que ha supuesto para las arcas de SEAT S.A.