El mercado del coche de segunda mano está en pleno auge, alimentado por los precios altos de los coches nuevos. Así, muchos automovilistas prefieren optar por un coche de ocasión, más barato y sin varios meses de espera. Sin embargo, no está exento de riesgos para los posibles compradores.
Estafas, fraudes y phishing (una técnica utilizada para obtener información personal y bancaria de los usuarios) son por desgracia habituales. Esta sencilla guía nos ayudará a identificar rápidamente los anuncios sospechosos así como evitar que nos estafen averiguando información pública, pero poco conocida. Teniendo en cuenta siempre que el riesgo cero no existe.
Si bien algunos anuncios pueden parecer muy atractivos, pueden también en realidad ser muy engañosos.
En regla general y en la medida de los posible aconsejamos tratar con concesionarios oficiales. Todas las grandes marcas y sus concesionarios tienen una sección de coches usados. Son coches un poco más caros que entre particulares y que a menudo incluyen una garantía y, en principio, no hay riesgo de estafa.
Ocurre lo mismo con las grandes empresas de compra venta nacionales o los compra venta más conocidos de nuestra localidad. También suelen proponer coches con garantía y, en regla general, son profesionales.
Aun así, muchos estafadores no dudan en hacerse pasar por compraventas, que no existen, y publicar anuncios destinados a estafar al personal.
Un precio anormalmente bajo es sospechoso
Un anuncio nos parece especialmente atractivo. Imaginemos, un Mercedes-AMG A 35 de 2020 con menos de 80.000 km. En las fotos el coche se ve en perfecto estado y sólo piden 27.900 euros por él. Es muy tentador, sin duda. Pero seamos realistas dos minutos. Si es demasiado bueno para ser realidad, es que probablemente no lo sea. Por lo general, si un coche en buen estado está entre un 30% y un 40% por debajo de su precio habitual es una señal de que algo no cuadra.
El vendedor puede dar muchas razones para ese bajo precio, como una mudanza al otro lado del mundo, un nuevo trabajo, un divorcio, etc. O si es un supuesto profesional, que está en otra carpa, que el coche lo tiene aún la central de compra, que es fruto de un embargo de una financiera, etc.
Todas son excusas que le dan a pie a explicar porque el coche no se puede ver en estos momentos. Pero para evitar que alguien lo compre antes de que hayamos podido verlo nos pedirán una cantidad de dinero para reservar el coche, en general entre el 10% y el 30% del precio. Obviamente, no veremos nunca el coche y menos aún nuestro dinero de vuelta.
Google es nuestro amigo
Solemos acordarnos de las reseñas de Google cuando buscamos un restaurante, pero casi nunca cuando se trata de otros negocios. Frente al anuncio de un particular no hay reseña posible, claro, pero si se trata de un compra venta profesional algún rastro de opinión o reseña tiene que haber, sea mala o buena. Si no hay nada, es una señal de que podría no existir y ser una posible estafa.
Fijarse en las fotos
No es necesario que las fotos estén hechas por profesionales. Con que se vea bien el coche, es suficiente. De hecho, unas fotos demasiado perfectas, quizá procedentes de un catálogo de la marca, nos deberían hacer sospechar. Quizá esa persona ni esté en posesión del coche o bien está hecho polvo.
El entorno de la foto es también revelador y nos debería alertar. Por ejemplo, es habitual ver coches anunciados cuyas fotos están tomadas en una campa en Alemania o en Estados Unidos.
Aquí, los cacos juegan con la ambigüedad que en ocasiones un compra venta pueda realmente tener ese coche en esos países y no lo traerá hasta que alguien lo compre, como en un servicio de importación de coches. O bien realiza la venta, mediante comisión, para un compra venta extranjero.
En todo caso, unas fotos tomadas en un entorno que no parece ser España cuando nos dicen que el coche está en España, nos debería hacer desconfiar. Lo veremos en la arquitectura, las carreteras o calles, los posibles carteles o señales de tráfico, el mobiliario urbano o la vegetación.
En regla general los anuncios de estafadores suelen usar fotos de anuncios legítimos. Con una rápida búsqueda en google, podremos averiguar si hay varios anuncios con las mismas fotos y sobre todo si son de la misma persona o profesional.
Para ello se puede usar un buscador de imágenes, como el propio Google o TinEye. También se puede poner en el buscador la marca y modelo del coche y la matrícula del coche, si es visible. Si hay una discrepancia entre las localidades, nombres o números de teléfono entre los diferentes anuncios, no vale ni la pena llamar.
Comprobar el número de teléfono
En las plataformas que lo permiten, como Wallapop, las negociaciones deberían hacerse siempre vía la mensajería de la plataforma evitando así dar nuestro teléfono u otra información sensible. Aun así, es habitual hoy en día dar como teléfono de contacto un número de móvil. Tanto particulares como profesionales pueden anunciar un coche con un número de móvil.
Haciendo una rápida búsqueda podemos averiguar a qué operadora pertenece el número de móvil. Se hace en la web de la CNMC, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. No es una prueba de nada, pero cuando un vendedor que pide un adelanto de 10% del precio del coche tiene un móvil cuya operadora es Lebara o Lycamobile, por ejemplo, operadoras especialistas en líneas de prepago, hay razones para desconfiar.
Aun así, un compra venta profesional debería tener igualmente un número fijo al que poder llamar. Y es que siempre da más confianza al posible cliente.
Localización
De nuevo, en el caso de un anuncio profesional, éste debería tener una dirección. Si no es la de un showroom (no todos tienen) al menos de sus oficinas o de la nave donde tiene su stock para poder ver el coche in situ.
Aquí, también, poniendo la dirección en Google Maps, deberíamos poder ver con Street View si en esa dirección hay un compra venta, la casa de un particular o un descampando. Aunque a veces, Google puede tardar más de un año en actualizar las fotos de una calle.
Ojo con nuestros datos bancarios y el IBAN del vendedor
Si aun así el anuncio ha superado todos esos filtros y nos disponemos a efectuar una paga y señal deberemos tener especial atención a no facilitar nuestros datos y a quien enviamos el dinero.
En regla general, si nos piden nuestros datos personales y nuestros datos bancarios (sea un número de tarjeta o un número de cuenta) con cualquier excusa, huele a phishing y a estafa que tira para atrás.
Todo eso no es necesario para comprar un coche o cualquier otro objeto. Por algo será que los únicos que suelen pedir nuestros datos bancarios son las empresas que hemos contratado y que nos pasarán un recibo, como la luz, el agua, el gas o internet.
A la hora de pagar, mediante transferencia bancaria, a un compra venta profesional deberíamos desconfiar mucho al ver que el IBAN que nos han dado es a nombre de un particular y no de una empresa.
Del mismo modo, si el IBAN que nos dan es fuera de España, es decir, que no empieza por ES, hay que desconfiar todavía más. Recordemos que una vez efectuada la transferencia tenemos 10 días para pedir su anulación, siempre y cuando el receptor dé su acuerdo para ello. Y si es una estafa, no lo va a hacer y ya habrá retirado los fondos.
No hay razón por desconfiar de todos los anuncios (bueno, quizá sí un poco del Marketplace de Facebook), la gran mayoría son legítimos. En regla general, basta con escuchar nuestro instinto y si algo nos parece extraño, es mejor seguir buscando que arriesgarse a perder una importante suma de dinero.