Casi todas las marcas premium se adentran en el segmento de los coches eléctricos con un SUV o un crossover. Jaguar propone el i-Pace, mientras que Audi acaba de lanzar al mercado el e-tron y Mercedes hará lo mismo pronto con el SUV EQC. Hasta BMW, que ya tiene en el mercado el i3, lanzará en unos una versión 100 % eléctrica del actual SUV X3, el iX3.
Pues Cadillac también tendrá su SUV 100 % eléctrico. Cadillac está llamada a ser la marca que liderara la electrificación de General Motors. Y por tanto ha de escuchar el mercado. Y si el mercado quiere un SUV, pues le darán un SUV. En concreto será un modelo muy parecido a este Cadillac EV Concept desvelado al margen del Salón de Detroit.
Con motivo de la presentación en socidad del nuevo Cadillac XT6, la firma estadounidense desveló también un avance de lo que será el futuro coche eléctrico de Cadillac. Y es solo un avance porque lo que se enseñó a los asistentes fueron estas imágenes. No había un concept car físicamente presente.
En Cadillac dieron poco detalles y se limitaron a explicar que el futuro modelo sería un crossover, disponible con tracción integral o dos ruedas motrices y utilizará una plataforma de tipo “skateboard” (como muchos eléctricos) totalmente nueva. Es decir, no recuperará la plataforma del Chevy Bolt, por ejemplo. Cadillac tiene además la ambición de venderlo a nivel global. Eso significa, por ejemplo, intentar vender más que los 800 coches que Cadillac suele vender en toda Europa.
Un nuevo rumbo para Cadillac. Otra vez.
El anuncio de este nuevo modelo, cuyo diseño definitivo se inspirará en el de estas imágenes, llega en un momento clave para Cadillac en el que la marca debe reinventarse. Bajo la batuta de su antiguo CEO, Johan de Nysschen, Cadillac trasladó su sede a Nueva York y reorganizó su gama para competir con las berlinas y cupés de corte más o menos deportivo a lo BMW. Sin embargo, a pesar de unos productos aclamados por la prensa estadounidense, el público no se dejó convencer.
Ahora, Cadillac tiene un nuevo capitán y todo apunta a que el fabricante se posicionará como una marca en la que los coches eléctricos tendrán cada vez más presencia en su gama. La cuestión para Cadillac y General Motors será, por una parte, seguir un plan trazado sin cambiar de rumbo con la primera brisa contraria, y por otra parte convencer al público que un Cadillac eléctrico es el coche que está buscando.
Y es que no es la primera vez que Cadillac intenta convencer al público que apuesta por el coche eléctrico. Ya lo intentó con el Cadillac ELR de 2014, derivado del primer Chevrolet Volt. A pesar de las buenas críticas, el coche fue un fracaso con menos de 3.000 unidades vendidas entre diciembre de 2013 y febrero de 2016. Así, de querer abanderar la revolución eléctrica, la marca pasó atacar a los BMW M3 y M5 de frente. Con el mismo éxito. Esperemos que está vez, al dirección adoptada sea la buena.