La DGT prepara una modificación del actual sistema de etiquetas medioambientales que discriminan a los vehículos según su tecnología de propulsión. Los híbridos enchufables y 'mild hybrid' están llamados a ser puestos bajo lupa, si bien los modelos actuales dotados de este sistema podrían no perder sus privilegios tras el cambio del etiquetado.
El motivo es que, pese a que por Ley podría hacerse, es probable que la modificación sobre el criterio de las pegatinas no entre en vigor con carácter retroactivo por la vorágine que se podría ocasionar.
"Tráfico debería notificárselo a cada titular por si quiere reclamar", explica a El Mundo Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados. Y es que en ciudades como Madrid es un distintivo obligatorio y además se usa como elemento para cribar o no el acceso al gran Área de Prioridad Residencial (APR) de Madrid Central o a la ZBE de Barcelona.
Arnaldo recuerda además que en Europa aplicar el carácter retroactivo "es muy poco frecuente. Solo se ha hecho en cuestiones como los cinturones de seguridad".
Por su parte, Ángeles Miguel, experta jurídica del Race, señala al citado medio que "se montaría una gran polvareda" y cita una transición escalonada hacia el nuevo etiquetado que se prolongará durante "un plazo de ocho o diez años" para los vehículos afectados.
En cualquier caso, Motorpasión se ha puesto en contacto con la DGT para tratar de conocer cómo se realizará el despliegue del nuevo etiquetado medioambietal, y desde la institución aseguran que "por el momento no hay nada decidido. A finales de mes se reunirá la mesa interministerial, con las diferentes partes implicadas del sector, y entonces se pondrán cosas sobre la mesa, pero aún no hay nada".
¿Por qué se ponen bajo lupa los mild hybrid y los híbridos enchufables?
Mientra se dilucida el cambio relativo a las pegatinas de la DGT, se espera que la modificación afecte sobre todo a los coches mild hybrid e híbridos enchufables. Los primeros gozan de la etiqueta ECO, mientras que los segundos logran en numerosos casos la CERO (para los que tienen 40 km o más de autonomía cero emisiones).
Desde hace más de un año lleva sonando con fuerza el rumor de que los primeros dirán adiós a su chollo de la etiqueta ECO puesto que, pese a que en están homologados en Europa como coches híbridos en Europa, su 'motor eléctrico' no mueve las ruedas.
Incorporan un pequeño motor de arranque/alternador eléctrico que, normalmente, va alimentado de una batería de 48 V, la cual suele utilizar un sistema de frenada regenerativa para cargarse.
La labor de este sistema es ayudar a la unidad térmica a mover las ruedas de manera puntual y permite que el coche pueda circular por autopista con el motor apagado con total seguridad y volver a encenderlo sin que el conductor se dé cuenta, el famoso modo 'a vela'. Asimismo, alimenta los sistemas eléctricos del coche.
El resultado son coches gasolina y diésel de alta cilindrada con potencias que en algunos casos superan los 300 CV, incluso los 600 CV, y cuentan con un etiquetado más ecológico y con más bonificaciones o permisos de circulación que un coche nuevo con un motor tradicional (etiqueta C).
Algunos modelos que lo ejemplifican son el nuevo BMW Serie 4 Coupé, con hasta 374 CV; los recién llegados Mercedes-AMG GLE 63 S y GLS 63 S, equipados con un potente V8 de 612 CV; o el Audi RS 6 Avant, que monta un generoso V8 biturbo de 600 CV, que asimismo encontramos en el Audi RS Q8.
De igual forma, encontramos modelos más contenidos en prestaciones como el Suzuki S-Cross Mild Hybrid, cuya unidad K14D Boosterjet 1.4 de cuatro cilindros desarrolla 129 CV, pero homologa un consumo de combustible mixto de 6,2 l/100 km y unas emisiones de 140 gramos de CO₂ por cada 100 km.
Por su parte, los PHEV están categorizados como CERO y es cierto que son capaces de circular sin emitir gases contaminantes durante decenas de kilómetros, pero no hay que olvidar que esto depende del uso o de la carga disponible para hacerlo, por lo que no siempre se cumple. Por ejemplo, en un viaje largo, gran parte del trayecto se realiza operando como un híbrido, con el gasto de carburante y emisiones que conlleve.
¿Un ejemplo? Al probar el BMW 745 Le, que homologa poco más de 50 kilómetros, no pudimos superar con él los 28 kilómetros en modo cero emisiones.
Las etiquetas actuales de la DGT
Los distintivos actuales tiene su origen en el Plan nacional de calidad del aire y protección de la atmósfera 2013-2016 (Plan Aire), donde se proponía una clasificación de los vehículos en función de sus emisiones, ya que se señalaba al tráfico rodado como una de las fuentes principales de contaminación en las grandes ciudades.
Así, llegó esta clasificación en 2016 que está basada en las normativas Euro que califican los motores desde la Unión Europea. La misma se articula en las siguientes categorías:
Sin etiqueta (A): engloba vehículos con los propulsores de combustión más antiguos, los gasolina anteriores a la normativa Euro 3 y diésel que no cumplan el estándar Euro 4.
Etiqueta B: incluyen también a los térmicos pero más modernos, en su caso a los gasolina Euro 3 y a los motores de gasóleo Euro 4 y Euro 5.
Etiqueta C: en esta categoría se encuentran los modelos con motores de combustión más actuales. En el caso de los gasolina, los que cumplen la norma Euro 4, 5 y 6. En el de los diésel, sólo los Euro 6.
Etiqueta ECO: este distintivo ya incluye las mecánicas alternativas, que son híbridos convencionales (HEV), híbridos enchufables (PHEV) con una autonomía eléctrica inferior a 40 kilómetros, y modelos a gas natural (GNC, GNL) o de gas licuado de petróleo GLP. Todas estas configuraciones apoyan siempre un motor térmico, que se exige debe cumplir los criterios de la etiqueta C.
Etiqueta CERO: califica a los vehículos más respetuosos con el medio ambiente. Es decir, los cero emisiones, que son eléctricos de batería (BEV), eléctricos de autonomía extendida (REEV) o de pila de combustible o hidrógeno. Pero también llevan este distintivos los híbridos enchufables con una autonomía eléctrica superior a 40 kilómetros.
En Motorpasión | El porqué de los planes anticontaminación: así calcula la UE las multas que impone a quienes se pasan de emisiones
