Está claro que a los coches eléctricos les queda camino por delante para convertirse en una alternativa real a los motores de combustión. La escasa autonomía, el tiempo de recarga y la escasez de puntos donde 'enchufarlos' son los principales problemas.
La autonomía y el tiempo de recarga son temas que están en manos de los fabricantes, les toca a ellos devanarse el seso para conseguir grandes mejoras en estos dos aspectos. Pero en cuanto a ampliar los puntos de recarga la pelota está en el tejado de las Administraciones.
¿Y si se modifican las farolas para incluir un punto de recarga en cada una? No es difícil, electricidad ya tienen y sólo hay que incluir una toma de corriente para poder cargar los vehículos eléctricos. Los puntos de recarga se multiplicarían exponencialmente... Pero, ¿y el coste de estos cambios? El coste de esta trasformación es de 400 euros por cada farola, mucho menos de lo que supone instalar un poste de recarga independiente.
Pekín fue la primera ciudad que lo hizo y el año pasado se sumó Berlín con la intención de incentivar la utilización de este tipo de vehículos en el centro de la ciudad. La capital alemana cuenta con cien farolas transformadas en postes de recarga y este año su objetivo es llegar a mil.
Parece una opción muy interesante que reduciría el estrés que supone muchas veces la conducción de un coche eléctrico por el miedo a quedarse 'sin chicha' porque para encontrar un poste de recarga en ciudades como Madrid necesitas un plano y en muchas ocasiones el poste ni siquiera funciona.
Vía | Diarioecología.com