La nueva familia eléctrica ID de Volkswagen ya ha llegado, y después de haber conducido el Volkswagen ID.3, ahora nos toca ponernos por primera vez al volante de su hermano mayor, el Volkswagen ID.4.
El mercado manda y el Volkswagen ID.4 es la prueba viviente: un SUV de tamaño medio, líneas neutras y una mecánica eléctrica diversificada. Puede que no haya llegado el primero, pero con 522 km de autonomía ya empieza a tumbar prejuicios.
Volkswagen ID.4: confirmación eléctrica
Debo reconocer que en fotos y vídeos el Volkswagen ID.4 no acababa de gustarme. Tiene una imagen muy suave, en todos los sentidos. Sus líneas son delicadas, continuas, agradables... Es un coche que aparentaba una imagen desenfadada. En persona la percepción cambia.
En la vida real y visto en tres dimensiones, los volúmenes cobran sentido y gana muchos enteros en cuanto a presencia. Según cómo miremos al ID.4 incluso puede llegar a resultar musculoso. Insisto en que es una apreciación subjetiva y que sobre gustos no hay nada escrito, pero es un SUV de aspecto dinámico muy mainstream. Posiblemente ese era el objetivo de Volkswagen.
El frontal del Volkswagen ID.4 prescinde de grandes parrillas y sólo tenemos una franja que une los dos faros LED delanteros con iluminación matricial en opción y el logotipo redondo de la marca en el centro. De lado a lado y uniendo ambos faros se extiende una franja LED transversal.
El resto del frontal es prácticamente todo paragolpes, con una moldura extremadamente voluminosa sólo rota por las entradas de aire laterales (falsas) y el labio inferior oscuro que le da un cierto aire todoterreno.
En la vista lateral destaca que se intuye la nueva plataforma MEB del grupo para articular sus coches eléctricos. Los voladizos son extremadamente cortos, igual que el capó, que se ha reducido a lo mínimo. Tenemos una batalla de 2,74 metros para un coche de 4,58 metros de largo.
O dicho de otra manera para ponerlo en perspectiva: el ID.4 es 8 cm más largo que un Volkswagen Tiguan y tiene 10 cm más de batalla. Ha crecido y al mismo tiempo ha ampliado su distancia entre ejes con respecto al modelo de combustión.
Destaca también en la vista lateral un pilar A bastante tendido y complementado con la pintura en negro, además de las llantas optimizadas aerodinámicamente y con medidas que van de las 18 a las 21 pulgadas. En la parte trasera la luneta también queda tendida y un amplio portón (sin apertura eléctrica) da acceso a un maletero de 543 litros de capacidad y hueco específico para los cables de carga.
Los pilotos traseros utilizan tecnología 3D-LED, con una firma lumínica muy moderna que además replica la franja del frontal para unir ambos grupos ópticos con una fina tira LED. Roja en este caso.
Interior minimalista y demasiado duro
Si pasamos al interior del Volkswagen ID.4 nos encontramos un lenguaje muy similar al que ya vimos en el ID.3. La factoría alemana ha buscado un estilo propio en los habitáculos optando por el minimalismo en todos los sentidos, y eso tiene cosas positivas y otras no tan positivas.
El lenguaje que han utilizado es muy agradable de ver, con formas agradables y una estética muy futurista, complementada por un lado con una notable ausencia de botones físicos y además por la adopción de una iluminación ambiental LED bajo el parabrisas llamada ID.Light que se usa para lanzarnos mensajes como las indicaciones del GPS, dirigiéndose hacia el lado que tenemos que girar.
Volkswagen también ha optado por un interior que no utiliza materiales de origen animal, algo muy positivo de cara a la sostenibilidad, pero no tan agradable al tacto (aunque igualmente este apartado podría haberse cuidado un poco más).
A excepción de la moldura superior del salpicadero y de las puertas, el resto de plásticos utilizados de manera masiva en el interior es plástico duro y, en muchos casos como puede ser los tiradores de las puertas, sin ni siquiera texturizar.
En el acabado Pro que hemos probado se puede escoger entre un interior con molduras en blanco liso o en negro piano. En ambos casos nos parecen opciones muy vistosas en el concesionario pero poco prácticas en el mundo real. Las dos van a envejecer de manera prematura.
Centrándonos en el puesto de conducción tenemos un volante de tres radios achatado por la parte inferior y con módulos de control en cada lado. En el radio inferior, la inscripción 1st como en las aletas delanteras que lo identifican a los acabados especiales de lanzamiento.
Por delante se levanta una pantalla digital de buena visualización y contenido minimalista, a juego con el interior. No es demasiado grande pero se complementa (opcionalmente) con un head-up display con realidad aumentada que de momento no hemos podido probar porque la unidad que nos asignaron no lo llevaba. Lástima.
A su derecha se coloca un sistema de infoentretenimiento sobre el salpicadero con pantallas que pueden ser de 10 o de 12 pulgadas con Android Auto y Apple CarPlay. Su calidad es buena, igual que su posición, pero no nos ha gustado demasiado su funcionamiento con procesos demasiado complejos para tareas sencillas.
Por ejemplo si la climatización está desactivada y la queremos conectar no basta con pulsar los botones de temperatura colocados bajo la pantalla, tendremos que acceder primero al menú de la climatización a través del botón "Clima" situado bajo los aireadores y luego modificar la temperatura y flujo.
A nivel funcional el Volkswagen ID.4 es un coche espacioso, con una buena sensación de amplitud en las plazas delanteras gracias al predominio de líneas horizontales y mucha superficie acristalada. Entre las butacas la consola puede modificar la ubicación de sus elementos y cuenta con plataforma de carga inalámbrica. En la parte interior de cada asiento hay un reposabrazos abatible aunque no nos pareció demasiado útil.
En la zona trasera el espacio es generoso, más que en las plazas delanteras, y dos ocupantes irán muy cómodos aprovechando el reposabrazos oculto en el respaldo del asiento central. Tres ocupantes en la banqueta trasera deberían ser algo esporádico.
Longitudinalmente hay mucho espacio para las piernas pero no tanto para los pies. Esto ocurre por la propia plataforma MEB con las baterías en el piso. Queda el espacio justo para meter los pies bajo los asientos delanteros, por lo que el suelo está relativamente alto y las rodillas quedan flexionadas.
Electricidad en movimiento
Salimos a carretera con el Volkswagen ID.4 y la marca ha trabajado a fondo para convertirlo dentro de lo posible en un coche de masas. Desde el primer momento nos encontramos con un SUV de reacciones amables y conducción sencilla.
El radio de giro apenas supera los 10 metros, por lo que estamos ante un coche relativamente grande que gira muy bien en espacios contenidos. Esto es especialmente útil a la hora de realizar maniobras, aparcamientos o moverse en un parking con poco espacio.
Arrancamos en modo Eco accionando el selector de cambio situado a modo de satélite del cuadro de mandos y el ID.4 responde como un coche extremadamente dulce. El tacto general del vehículo es el de un coche fácil, con una entrega dulcificada ante las demandas del pedal derecho, mientras que la dirección tiene un tacto extremadamente asistido.
Un arranque para el que por cierto Volkswagen ha ido un paso más allá en la supresión de botones físicos. No hay que pulsar en ningún sitio, simplemente nos subimos al coche, pisamos el freno y ponemos el cambio en posición D. Un protocolo que habrá a quien le guste y a quien no.
Ya en movimiento exploramos los cuatro modos de conducción (Eco, Confort, Sport e Individual) y como en la ruta de la jornada íbamos a hacer una de las carreteras de curvas míticas de Madrid lo suyo era hacerlo en modo Sport.
Dando su cara más gamberra, el Volkswagen ID.4 en este caso en versión de 204 CV y 310 Nm de par motor ofrece una respuesta contundente pero muy, muy lineal. El empuje no llega de forma súbita, sino de una forma progresiva que invita a explorar las reacciones de un coche que obedece a las normas de la física inherentes a este tipo de coches.
Con un centro de gravedad muy bajo, el ID.4 es un SUV relativamente ágil, con un comportamiento muy neutro y buena pisada, además de darle un punto gracioso la tracción exclusivamente trasera. Sólo le faltaría un tacto de dirección menos asistido ya que apenas nos ofrece información.
Sí es cierto que el peso se nota, y que con más de 2.100 kg en orden de marcha para esta variante las suspensiones ceden de manera notable en cada viraje. A cambio, a la vuelta por autopista y con unos cuantos kilómetros por delante confirmamos que el ID.4 es un coche que se prima el confort de marcha.
Está bien aislado, hay poco ruido aerodinámico y el tacto agradable de las suspensiones se compagina con un interior donde los asientos priman el confort sobre la sujección.
En lo referente a consumo no podemos sacar conclusiones, pero sí que es cierto que tampoco parece descabellado. Homologa 18 kWh por cada 100 km, y en nuestro caso realizando una conducción absolutamente descuidada con el consumo pudimos bajar de los 20 kWh cada 100 km. Quedamos pendientes de una prueba completa para afinar los resultados y ver si realmente se acerca a la autonomía homologada máxima de 522 km.
Los precios del Volkswagen ID.4 parten de los 35.875 euros para el ID.4 Pure con batería de 52 kW, sigue por los 38.085 euros del Pure Performance y con el Pro Performance dando paso al modelo más prestacional con 204 CV y batería de 77 kWh.
El acabado Pro Max es actualmente el más caro de la gama con 58.925 euros de precio de partida a la espera de la llegada del ID.4 GTX con batería de 77 kWh y configuración de doble motor con 220 kW y tracción total. También próximamente llegará una versión Pro con 129 kW (173 CV) de potencia.
Unos precios que se sitúan ligeramente por encima de los del Skoda Enyaq y sus 39.000 euros de precio de partida para la versión 60 iV con 132 kW (177 CV) y batería de 58 kWh. Otras opciones como el Mercedes-Benz EQA o el Jaguar I-Pace son más caras.
Precios Volkswagen ID.4 2021:
Variante |
potencia |
batería |
acabado |
precio |
---|---|---|---|---|
pure |
109 kW |
52 kWh |
|
35.875 euros |
|
|
|
City |
38.725 euros |
|
|
|
Style |
43.105 euros |
pure performance |
125 kW |
52 kWh |
|
38.085 euros |
|
|
|
City |
40.935 euros |
|
|
|
Style |
45.315 euros |
Pro |
129 kW |
77 kWh |
|
N/D |
Pro performance |
150 kW |
77 kWh |
|
43.595 euros |
|
|
|
Life |
45.785 euros |
|
|
|
Businerss |
49.775 euros |
|
|
|
Max |
58.925 euros |
|
|
|
1st |
45.485 euros |
|
|
|
1st Max |
55.145 euros |
GTX |
220 kW |
77 kWh |
|
N/D |
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