Del tuning a fabricar furgonetas de hidrógeno. ABT se suma a la fiesta de la pila de combustible

A cualquiera que le gusten los coches conoce ABT. La empresa alemana está estrechamente ligada a Audi y es conocida por sus preparaciones, pero también por su trabajo en todo tipo de competiciones, desde el DTM hasta la Fórmula E, pasando por la Extreme E, donde se encarga del coche del equipo ABT Cupra.

Pues bien, después de más de 100 años centrados en la competición y el tuning, ABT amplió su negocio hace poco para entrar en el mundo de la electromovilidad y las furgonetas de cero emisiones a través de su división ABT e-Line. De esta forma han nacido la ABT e-Transporter o la ABT e-Caddy.

Hidrógeno como alternativa a las baterías

Hasta ahora, todas las propuestas de ABT e-Line han confiado en las baterías, pero ABT es consciente de que no se lo puede jugar todo a esta tecnología. Según dice la propia compañía, las furgonetas eléctricas de batería son solo una alternativa porque tienen limitaciones de uso por culpa de su autonomía y el tiempo que tardan en recargarse.

ABT señala que en la logística express es habitual recorrer distancias diarias de 800 kilómetros y que para cubrirlas con una furgoneta eléctrica de batería sería necesario que su “pila” tuviera una capacidad de unos 300 kWh para cubrir esos trayectos sin parar a recargar.

Con las baterías actuales eso no tiene sentido. Sería inviable por tamaño y peso, aunque puede que se solucione con las baterías de estado sólido que están en camino. Mientras tanto, hay que buscar soluciones y ABT ha encontrado una: la pila de combustible de hidrógeno.

ABT acaba de anunciar que llevará a producción un sistema de célula de combustible que permitirá transformar una furgoneta con motor de combustión térmico en eléctrica con pila de combustible de hidrógeno.

El sistema es modular, por lo que se puede adaptar a los diferentes vehículos comerciales del Grupo Volkswagen con los que trabaja ABT, como la Volkswagen Transporter, la Volkswagen Crafter o la MAN TGE.

ABT se encarga de todo el proceso de conversión, incluyendo los depósitos de combustible, que, como mínimo, tienen que ser dos a 700 bares, pero pueden ampliarse a siete en función del modelo. Cuantos más tanques, mayor será la autonomía.

ABT no ha proporcionado cifras concretas de su sistema. Simplemente asegura que ha logrado “un aumento de autonomía de varios cientos de kilómetros” respecto a los mismos modelos en versión eléctrica de batería, pero también en comparación con los diésel similares.

Tampoco sabemos cuál es el precio, aunque está claro que no será barato. Solo hay que ver lo que cuestan las furgonetas de hidrógeno del Grupo Stellantis; la primera de ellas acaba de ponerse a la venta en Francia y está disponible desde 111.000 euros con una autonomía de 400 km.

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