En los coches eléctricos, el cable de carga podría dejar de formar parte del equipamiento de serie. No es una broma, sino la última polémica que se ha reavivado con la reciente decisión de Tesla de entregar sus vehículos sin ellos, dejándolos únicamente disponibles como accesorios opcionales.
Y es que, lejos de quedar en anécdota, ofrecer un cable de carga (o cargador portátil) como opción es una tendencia que otros fabricantes han adoptado también en algunos de sus modelos. Aunque, por el momento, son una minoría.
Una práctica a contracorriente
Evidentemente, la filial española de Tesla aplica las mismas políticas que la matriz estadounidense y ahora, para poder disponer de su conector portátil, es necesario desembolsar aparte 340 euros en el caso del universal 'Gen 2' o 590 euros en el caso del conector con toma trifásica.
Al igual que ocurre en EEUU desde el inicio de la polémica, ambos productos se encuentran agotados según indican en la propia tienda online de Tesla.
Además de Tesla, otra de las marcas que no ofrece de serie medios portátiles para recargar alguno de sus modelos es Kia. La firma surcoreana, a principios de este año, anunció que su EV6 tampoco los incluiría en su equipamiento. Eso sí, sigue disponible como accesorio postventa.
Pero en el caso de Kia, lo del EV6 es por ahora un hecho aislado. Los otros modelos eléctricos de su gama (el e-Niro y el e-Soul) siguen incluyendo un cable del tipo 2.
Indagando entre el resto de marcas, la mayoría de ellas siguen apostando por incluir de serie estos medios de carga, tan socorridos cuando nos encontramos lejos de nuestros cargadores habituales. Algunos ejemplos los encontramos en Volkswagen, que lo incluye tanto en el ID.3 como en el ID.4. O Ford, que también añade un cargador de emergencia en el Mustang Mach-E.
Por el lado de los premium, los principales competidores europeos de Tesla también hacen oídos sordos a la opinión de Elon Musk. Así, Mercedes-Benz incluye en sus eléctricos (desde el EQA hasta el EQS) un cable de 5 metros de longitud pensado para utilizarse en puntos públicos.
Por su parte Porsche, para la gama Taycan, entrega un cable apto para tomas domésticas y otro capaz de aprovechar las tomas de corriente industrial de 230 voltios.
Sea como fuere, parece que de momento Elon Musk se queda casi en solitario siguiendo esta filosofía 'sin cables', la cual viene motivada por la necesidad de evitar que el precio final del producto se vea afectado por la subida en el de las materias primas. Un problema que, acuciado por la pandemia y el conflicto ucraniano, dispara ya los costes de producción de los fabricantes.