Tras poner a prueba por las calles de Madrid el primer autobús autónomo de España que ha circulado sin conductor -y con un percance-, la comunidad autónoma se va a animar con un autobús de hidrógeno.
El vehículo, un Solaris Urbino 12 Hydrogen impulsado por pila de combustible, se probará en trayectos interurbanos y con viajeros.
El repostaje, en una estación portátil
El autobús tiene 12 metros de longitud, puede transportar a 87 personas, y anuncia una autonomía eléctrica de 350 km. Ya ha sido testado en varias ciudades europeas, con algunos pedidos realizados de este autobús de hidrógeno 'made in Spain'.
El Solaris Urbino 12 Hydrogen, del fabricante español Solaris (Grupo CAF), ha empezado a ponerse a prueba durante dos semanas a través del operador Avanza, entre Madrid y Las Rozas así como en líneas urbanas de Getafe y pozuelo.
Durante este periodo de pruebas se monitorizará y medirá el procedimiento de repostaje, la autonomía, el consumo medio y sus prestaciones frente a autobuses diésel y de gasolina, según el consistorio.
De entrada, al tratarse de un vehículo eléctrico, goza de un par instantáneo, silencio de marcha y vapor de agua como único elemento que se expulsa al exterior por equipar un sistema de pila de combustible.
El principal problema que encontrará será el repostaje; si bien los tiempos de carga de este combustible gaseoso son similares al de los carburantes, en Madrid y España la infraestructura es anecdótica.
De hecho, en Madrid solo hay una hidrogenera que acaba de inaugurar Toyota, pero no es de uso público. No obstante, el repostaje de este autobús se realizará en las instalaciones de Avanza en Pozuelo de Alarcón, donde se ubicará una estación portátil de hidrógeno suministrada por la empresa Air Liquide.
No es la primera vez que se pone a prueba un autobús de hidrógeno en España. En 2003 rodaron varias unidades del Mercedes-Benz Citaro Fuell Cell (O 530 BZ) por Madrid, tras una ronda de pruebas en Barcelona, Londres, Oporto, Estocolmo o Ámsterdam.
Iba equipado con una pila de combutible de 250 kW y nueve tanques de hidrógeno (en total, 1.845 litros a una presión de 350 bar).
En la actualidad, la flota del Consorcio Regional de Transportes de la Comunidad de Madrid está compuesta por 2.063 vehículos, de los cuales solo el 28 % están impulsados por combustibles alternativos, como los de gas natural e híbridos eléctricos.
Entre 2021 y 2023 se eliminarán los autobuses diésel que aún circulan por la ciudad. Además, en enero la Empresa Municipal de Transportes aprobó la compra de 50 nuevos autobuses eléctricos, que se incorporarán este año a la flota de autobuses y supondrán una inversión de 35 millones de euros.
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