El Jeep Willys es tan icónico que aún después de hacer su servicio durante la II Guerra Mundial, su silueta sigue apareciendo en forma de 'huevos de pascua' en los últimos modelos de Jeep, como pudimos ver en el Rubicon. Una de estas joyas de 1945 se subastará el mes que viene en Birmingham por un precio estimado de 100.000 euros.
Claro que el hecho de que su dueño fuera el actor estadounidense Steve McQueen, y la historia que tiene detrás, puede que haga subir como la espuma el precio.
Del Ejército estadounidense a Steve McQueen
Según explica la casa de subastas Silverstone Auctions, McQueen compró el Willys directamente del Ejército de los Estados Unidos, y después pasó a engrosar su increíble colección de coches, entre los que destacan un Jaguar XKSS o un Porsche 911S.
Y es que el actor protagonizó algunas de las mejores películas sobre el mundo del automovilismo y más, como The Great Escape, Bullitt y Le Mans. Así, "The King of Cool", fue desarrollando su amor por los coches, y no coches del montón.
Este modelo en concreto fue uno de los 300.000 Willys producidos durante la Segunda Guerra Mundial, y se entregó por primera vez al Ejército de los Estados Unidos el 7 de julio de 1945.
En 1984 cambió de manos y se vendió en una subasta organizada por el actor en Las Vegas: el mejor postor, un tal McClughan, pagó poco más de 5.000 euros por él en una subasta en Texas. El mes que viene otro postor lo comprará, y como suele ocurrir en subastas de iconos del automovilismo y de la Historia, seguro que no habrá reticencias a la hora de aumentar esa cifra en 10 veces.
Las matrículas azules originales de California están incluidas en el lote y están fechadas para uso en carretera hasta el 31 de octubre de 1980, lo que indica que el Jeep podía circular hasta que Steve McQueen falleció solo una semana después.
Según especifica la casa, el Willys ha sido restaurado y se ha vuelto a poner en funcionamiento "exactamente como lo habría sido en propiedad de McQueen" por especialistas de Jeep. Aunque no especifican datos técnicos, podemos imaginarnos cómo es ponerse al volante de este 'soldado' estadounidense. Una gozada.
Foto | Silverstone Auctions