Los coches de colores raros, llamativos o poco habituales están arrasando en las últimas subastas. Los compradores de modelos de colección cada vez valoran más esta cuestión y están dispuestos a pagar más dinero por un ejemplar que rompe moldes en términos de colores.
La diferencia de precio puede llegar a ser de más del doble, simplemente porque un coche está pintado en un color que resulta extraño en ese modelo, ya sea por lo llamativo que es o porque se pintaron pocos ejemplares en ese tono.
Para gustos, los colores
Cuando tiene lugar una subasta de coches de altos vuelos, como las que celebran compañías de la talla de RM Shoteby’s, Bring a Trailer o Gooding & Company, siempre hay uno o varios modelos de cada lote que centran toda la atención.
Y lo suelen hacer porque acaban vendiéndose por cifras astronómicas. Pero, ¿de qué depende su precio? Pues bien, no existe una fórmula para saber qué coche va a batir récords al cambiar de manos, de hecho, a veces depende de factores tan subjetivos como que ese vehículo tenga un significado especial para un comprador con una enorme cuenta corriente.
Pero hay ciertas cosas que suelen incrementar el precio de un coche en cualquier subasta. Si, por ejemplo, ha pertenecido a determinado personaje o ha ganado ciertas carreras con un piloto histórico a sus mandos, es probable que acabe teniendo un precio más alto que ese mismo modelo sin “pedigree”.
Por supuesto, si se trata de un coche del que se fabricaron pocas unidades o quedan pocos ejemplares, también hay muchas posibilidades de que se subaste por una cifra elevada.
Y también cuenta su estado, aunque no necesariamente se valora que esté impoluto, puesto que se ha llegado a pagar mucho dinero por coches que se han encontrado en un granero o por modelos de competición que nunca se han limpiado tras ganar una carrera.
Como suele decirse: para gustos, los colores. Y precisamente el color es otro factor determinante a la hora de pagar una millonada por un coche o fijarse en el siguiente lote.
Ya sabemos que, a la hora de comprar un coche nuevo, la mayoría somos cuadriculados y no salimos de los dos favoritos, es decir, el negro y el blanco, aunque el gris y el plateado también tienen mucho éxito desde hace décadas.
Es normal, no queremos arriesgarnos a elegir un color que nos canse rápido, que llame mucho la atención o que suponga un problema en caso de querer vender el coche de segunda mano. De hecho, en el mercado de ocasión los modelos más buscados son los que están pintados en estos tonos.
Pero las cosas funcionan de otra manera en el universo de los coches deportivos y de lujo. Por supuesto, hay miles de Mercedes-Benz Clase S, Rolls-Royce Phantom o Bentley Flying Spur de color negro, mientras que algunas marcas han hecho que veamos como algo común algunos colores que en otros coches serían muy llamativos, como el verde y el naranja de Lamborghini, el rojo de Ferrari o el verde de algunos Porsche.
Por suerte, hay gente más atrevida que decide encargar su berlina de lujo o su hypercar en un tono distinto. Eso no significa que tenga ser necesariamente llamativo, basta con que sea poco común para hablar de un color diferente. Un Mercedes-Benz Clase S amarillo cumpliría con esta premisa, pero también un Ferrari Enzo de color negro porque la mayoría de los que se fabricaron se pintaron en rojo.
Si, además, se combina un color exterior diferente con un interior poco habitual, ese coche es un firme candidato a romper esquemas en una subasta y venderse por más dinero que un modelo idéntico con colores convencionales.
Es la tendencia que se está observando en las últimas subastas, como señala Bloomberg, que ha recogido declaraciones de expertos que confirman el valor añadido de los colores raros, como señala David Gooding, fundador y presidente de Gooding & Co:
"Los colores únicos y raros sin duda pueden contribuir a obtener valores más altos en las subastas y en el mercado general. Los colores 'tradicionales' pueden ser más 'seguros' cuando se trata de comprar y vender un coche normal, pero vemos más oportunidades de aumentos drásticos en el valor de un vehículo cuando un modelo de colección que ya es excelente está disponible con un color visualmente atractivo, raro y entregado así de fábrica".
Es decir, si el coche fue pintado originalmente en un color llamativo, sea cual sea el motivo por el que llama la atención, habrá más opciones de que su valor se dispare respecto a uno repintado.
Pero, ¿tanta diferencia de precio solo por el color? pues lo cierto es que sí. Para ilustrarlo podemos tomar como referencia el Porsche 911 Carrera RS de 1992, un clásico de las subastas que tiene valor al alza.
Hace poco, Bring a Trailer vendió una unidad con 16.000 km por 469.999 dólares y unos meses antes subastó otro ejemplar del mismo año y con 60.000 km (también muy pocos) por 190.000 dólares.
El primero estaba pintado en un noventero ‘Rubystone Red’ y tenía un interior con detalles a juego, el segundo era de color ‘Silver Metallic’, es decir, el clásico plateado de Porsche. Independientemente del estado de uno y otro, que es excelente en los dos casos, hablamos de una diferencia de precio de más del doble.
Otras estrellas de las últimas subastas que han tenido lugar en todo el mundo también tienen en común que están pintadas con un color diferente. Es el caso del Ferrari 250 GT SWB California Spider de 1962 pintado en un raro ‘Azzurro Metallizzato’ que subastó Gooding & Co en Amelia Island hace unas semanas por 18 millones de dólares.
También del Ferrari Dino 206 GT Scaglietti de 1968 pintado en ‘Griggio Notte Metallizzato’ que ha vendido RM Shoteby’s en el mismo evento de Amelia Island este mes por 868.500 dólares, una cifra mucho más alta que las que se suelen pagar por este modelo.
Y lo mismo sucede con un Ford Mustang Boss 429 de 1970 de color ‘Graber Green’ vendido por 280.000 dólares, también por RM Shoteby’s, incluso con el Ferrari Enzo con carrocería e interior de color negro que subastó la misma compañía por 4.055.000 euros hace unos meses en París.