Empezamos por el dinero que se espera recaudar cuando salga a subasta el próximo 18 de agosto y así ya podemos seguir hablando después del Aston Martin DB3S. Entre 3,5 y 4 millones de dólares por un pedacito de Historia del Automovilismo en la piel de un deportivo que nació con la idea de mejorar las prestaciones del Aston Martin DB3 y así triunfar en Le Mans.
Sus 210 CV a 5.500 vueltas, extraídos de los 2.992 cc que cubicaba su motor Langonda de seis cilindros en línea y doble árbol de levas, alimentado gracias a tres carburadores dobles Weber, rugían a través de una caja de cambios con cuatro relaciones muy próximas para llegar hasta las ruedas traseras, equipadas con neumáticos Dunlop 16 × 6, sobre las que volaba.
Del Aston Martin DB3S se fabricaron 31 unidades. 11 fueron modelos preparados para la competición, y 20 se vendieron a clientes. Se reconocen por sus números de bastidor, que en el primer caso iban del DB3S/1 al DB3S/11 y en las unidades de calle fueron del DB3S/101 al DB3S/120. La unidad que sale a subasta es la DB3S/118.
Con sus 3.910 mm de longitud y 2.210 mm de batalla, por 1.500 mm de anchura total y 1.040 mm de altura, el El Aston Martin DB3S supuso un recorte a las dimensiones del DB3 de más de 11 cm en su longitud, 15cm en la batalla y 6 cm en anchura, y aumentando ligeramente su altura, en casi una pulgada.
Además, sus prestaciones se vieron modificadas al alza, prescindiendo del motor de 2,6 litros y 133 CV que montaba el Aston Martin DB3 para ganar potencia a raudales, y también se retocó la suspensión para mejorar el comportamiento dinámico del vehículo.
De fabricar tractores a salvar Aston Martin
Para conocer la Historia del Aston Martin DB3S debemos remontarnos unos cuantos años atrás, concretamente a 1947. En aquel entonces, acabada la Segunda Guerra Mundial y con una Europa en reconstrucción, David Brown es un industrial que fabrica tractores y motores en su negocio familiar.
Amante del mundo de la competición, Brown se hace con la automovilística Aston Martin y con la fábrica de motores Lagonda, procedentes ambas de sendos procesos de liquidación. Con el resultado de la unión de ambas firmas correrá en las 24 horas de Spa. Al año siguiente, correrá con un Aston Martin DB2 en Le Mans y al cabo de un par de años más, en 1951, logrará quedar primero en su clase.
Pero David Brown aspiraba a más. Quería quedar primero en Le Mans, pero necesitaba un coche que estuviera a la altura. Por eso, en 1952 el Aston Martin DB3, el primero de la marca concebido como coche de carreras, parecía ser un candidato ideal para el podio. Creado por Eberan von Eberhorst, exingeniero de la alemana Auto Union AG, el DB3 partía de cero con un novedoso chasis tubular apoyado en una suspensión con puente De Dion.
Sin embargo, una vez puestos en situación, en DB3 se mostraba algo perezoso y, sobre todo, poco fiable. David Brown contrató los servicios del ingeniero Willie Watson y en mayo de 1953 veía la luz el Aston Martin DB3S.
Su chasis aligerado, su batalla recortada y las modificaciones realizadas sobre suspensión del eje trasero le hicieron mejorar, pero también un cambio fundamental en el diferencial: se pasó de utilizar un juego hipoide-cónico a uno de espiral-cónico diseñado por el mismo David Brown. El primero era más robusto, pero menos eficiente al transmitir el movimiento a los ejes.
De todas formas, lo que más llamó la atención del Aston Martin DB3S fue su línea esbelta, casi felina, responsabilidad del diseñador Frank Feeley, que había trabajado también en el DB2. Suyos son los méritos del corte tras el paso de rueda delantero, que popularizarán los Ferrari 250TR a lo largo de la década, y el hecho de que se aprecie por primera vez la hoy clásica parrilla Aston Martin, oval con una ligera ondulación en la parte superior.
La epopeya del Aston Martin DB3S/118
Pese a todos los esfuerzos puestos por Brown, el Aston Martin DB3S no pasaría del segundo puesto en Le Mans. Cosechó éxitos en Silverstone y también en las 9 horas de Goodwood, pero en Le Mans… ni siquiera cuando David Brown unió dos motores VB6J en un solo propulsor de 12 cilindros y 4,5 litros logró llevarse el ansiado primer puesto.
De todas formas, lo que no consiguió el Aston Martin DB3S en la pista lo logró a nivel comercial. Despertó tanto entusiasmo entre los seguidores de la marca que Brown se vio prácticamente obligado a lanzar una edición para particulares. Entre ellos, el que sale a subasta el próximo 18 de agosto.
El primer propietario del DB3S/118 fue el piloto holandés Hans David. Con esta unidad, David debutó en Goodwood el 14 de abril de 1956, logrando el tercer puesto. En Silverstone quedaría en 17º lugar, y al finalizar la temporada en el circuito holandés de Zandvoort, consiguió el primer puesto del podio en la general además de establecer un nuevo récord para la vuelta más rápida.
Fue entonces cuando el piloto holandés vendió el DB3S/118 a un capitán de la marina mercante de Estados Unidos, que lo trasladó a su país, logrando un primer puesto dentro de su clase en Bridgehampton en 1958 además de cosechar otros éxitos. Aquel año el deportivo pasó a manos de un entusiasta de la marca, Joe Lubin, y en una carrera celebrada en Pomona, California, sufrió varios daños en la carrocería.
Tras repararlo, Lubin mantuvo el DB3S hasta 1964, cuando lo traspasó al coleccionista Richard Felt, que se hizo cargo de la restauración del vehículo, aunque dejó la carrocería vista, sin pintar. Casi 30 años más tarde, en 1992, el Aston Martin pasó a manos de otro coleccionista que lo había estado persiguiendo desde hacía siete años: Chris Salyer.
Salyer reparó la cara externa del deportivo pintando el Aston Martin DB3S con el color blanco con dos franjas azules característico de los coches de competición de Estados Unidos. Sin embargo, hace unos años el coleccionista decidió devolver al coche su aspecto original, en un homenaje al holandés Hans David. Desde luego que el precio es prohibitivo, pero, ¿quién sabe lo que vale un testigo de la Historia del Automovilismo?
Vía | World Car Fans
Más información | RM Auctions
Foto | Darin Schnabel