El reciclado de baterías para vehículos eléctricos se ha convertido en un proceso realmente importante dentro de la electromovilidad. La escasez de materiales indispensables, la especulación, la degradación y el debate ético que existe en torno componentes como el cobalto, el cobre o el níquel hacen que el uso de baterías recicladas ya esté en el punto de mira de fabricantes como Toyota o Nissan.
Otro que se apunta a la tendencia es Audi, que ha anunciado que, junto a Umicore, ha completado la primera fase de un circuito cerrado para que los componentes de alto voltaje puedan utilizarse una y otra vez.
Más del 95 % de los materiales esenciales pueden ser recuperados, según Audi
Umicore, una empresa multinacional de tecnología de materiales con sede en Bruselas, Bélgica, es el mayor reciclador a nivel mundial de metales preciosos. El reciclado de baterías es la segunda unidad de su negocio, centrada en el reciclaje de baterías recargables de portátiles, teléfonos móviles y vehículos eléctricos híbridos.
La alianza con la marca de los cuatro aros espera conseguir que los materiales particularmente valiosos de las baterías puedan estar disponibles en un banco de materias primas a través del denominado ciclo cerrado. De esta forma, se podrán utilizar de nuevo.
La compañía con sede en Ingolstadt está aplicando ahora este enfoque a las baterías de alto voltaje de su nuevo vehículo eléctrico, el Audi e-tron. El objetivo es obtener información sobre el grado de pureza de los materiales recuperados, sus tasas de reciclaje y la viabilidad económica que podría tener un banco de materiales.
Los objetivos son asegurar el suministro y conseguir ciclos de entrega más cortos.
Ya antes incluso del inicio de la colaboración con Umicore, Audi había analizado las baterías del A3 e-tron híbrido enchufable para definir las posibles formas de reciclaje.
Junto con los expertos en tecnología de materiales, el fabricante alemán determinó las posibles tasas de reciclaje para los distintos componentes de la batería, como el cobalto, el níquel y el cobre, y el resultado del análisis en las pruebas de laboratorio determinó que más del 95 % de estos elementos pueden ser recuperados y reutilizados.
Una tendencia que sigue expandiéndose
Lo cierto es que cada vez son más los fabricantes que exploran la esfera del reciclado de baterías. En Japón, los propietarios de un Nissan LEAF pueden acceder a un programa de baterías recicladas a través del cual pueden comprar una batería de 24 kWh por 2.800 dólares aproximadamente, mientras que una batería nueva alcanza la cifra de más de 6.000 dólares, según datos de Nissan.
También Toyota ha desarrollado su 'Sistema de Baterías de Almacenamiento' que permitirá tanto reutilizar las baterías de vehículos eléctricos para generar y suministrar energía eléctrica, así como para reciclarlas, mientras que nuevas técnicas mineras centenarias permitirán reciclar las baterías de los coches eléctricos de la forma más barata.
Mientras tanto, China está implementando una normativa para hacer que los fabricantes de automóviles se hagan responsables de las baterías gastadas y las mantengan fuera de los vertederos, y en marzo de 2018 la Comisión Europea abordó, junto a ocho socios, las barreras regulatorias en cuanto al reciclaje y la utilización de las baterías de los coches eléctricos.
Este acuerdo investigará la existencia de posibles barreras legislativas y reglamentarias a nivel nacional y europeo para otorgar a las baterías una segunda vida así como posibles formas de superar estas barreras, evaluando su viabilidad dentro de la economía circular.