Cuando estuve en Roma, me costó ver algún Ferrari, pero lo que se dice utilitarios, me harté (literalmente) de verlos. Y si destacaba alguno por encima de todos, ese era el Fiat 500 clásico.
Creo que sólo había visto un par de ellos por la calle (no cuentan en exposiciones o concentraciones), pero es que Italia, o por lo menos Roma, está plagada de estos simpáticos cochecillos. Y si el clásico es simpático y agradable a la vista, el nuevo Fiat 500 lo es aún más.
Sólo pude ver uno, este rojo que véis, pero me bastó para saber que cuando salga la venta, me gustaría probarlo aunque fuese sólo para un día. Es tan pequeño como imaginaba y tan bonito como se le intuye en las fotos.
El interior es lo que más me llamó la atención. Lástima que no puede hacerle fotos, ya que el coche estaba en la calle y desde la terraza del café me miraban con cara rara. El salpicadero iba a juego con la carrocería, todo en rojo y con el tapizado en oscuro.
A través de la ventanilla no se puede apreciar la calidad de los materiales como se debería, pero no parecían para nada toscos o cutres, todo lo contrario. Y el diseño, que os voy a decir de ese diseño interior, muy chic.
Y ya se que las comparaciones son odiosas, pero no pude resistirme a hacerle una foto a uno de los tantos clásicos que ví para comparar. Como se ve, no tiene nada que envidiarle a su nieto.
Fotos | SandMan
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