Completada la compra de la compañía Polestar por parte de Volvo -impulsada sobre todo por los propietarios chinos del fabricante-, la marca sueca ya está pensando en cómo convertir la firma en un preparador propio con mayúsculas, como lo son BMW M, Mercedes-AMG o quattro GmbH para sus rivales alemanes. Y una de las apuestas de Polestar sería el 'meter mano' a los híbridos de Volvo, ofreciendo variantes de altas prestaciones.
El presidente y CEO de Volvo Norteamérica, Lex Kerssemakers, ha afirmado que aún se encuentran en la etapa de definir cómo pueden utilizar Polestar como una herramienta de marketing y qué tipo de estrategia a medio y largo plazo deberán dibujar. "Sabemos que va sobre coches prestacionales pero deben reflejar nuestra postura en cuanto a sistemas de propulsión, así que la electrificación jugará un papel importante cuando hablemos de coches Polestar", apunta Kerrsemakers.
"La electrificación me ilusiona porque puedes ofrecer diferentes niveles de prestaciones y de maneras diferentes", continúa el responsable de Volvo en América, quien tiene claro que copiar a los alemanes no es el camino a seguir. "Al final somos Volvo y vamos a lo nuestro. Copiar a otros no tiene sentido. No vamos a hacer el coche de carreras definitivo; queremos hacer coches prestacionales utilizables en el día a día y eso es lo que Polestar representa".
"Creedme, hay mucho por ver de Polestar", concluye el mandamás, quien también ha afirmado que casi la mitad de compradores de Polestar son nuevos para la marca Volvo, que un porcentaje significativo de ellos posee deportivos de Porsche o Aston Martin y que hasta el 60% de los Volvo Polestar que se comercializan son en carrocería familiar o ranchera.
Vía | Motoring