Tan solo unos días después de dar a conocer el Volvo XC40 Recharge, el primer eléctrico de la firma sueca, Volvo ha lanzado al mercado las versiones mild-hybrid o 48V del XC60, su SUV medio, y del XC90, el buque insignia de la marca, actualizado este mismo año. Ambas variantes electrificadas se ofertan con motores diésel y gasolina, y se suman a las híbridas enchufables (PHEV) ya existentes.
A diferencia de los PHEV, en los nuevos Volvo mild-hybrid el motor térmico se complementa con un propulsor eléctrico de 10 kW (14 CV) con un sistema de recuperación de energía en fases de frenado para cargar la batería de 48V y utilizarla posteriormente para reducir el consumo y las emisiones contaminantes "hasta en un 15%", según el fabricante. Los consumos reflejados en el configurador web de la marca, no obstante, no evidencian tal diferencia.
Cabe recordar que la función del motor cero emisiones de un sistema de 48V no es mover el coche, sino descargar de trabajo al propulsor térmico, de forma que lo asiste para que no pierda ni gaste energía en satisfacer las demandas de elementos como la dirección, climatización, etc.
De esta forma, a pesar de la controversia que generan, los vehículos mild-hybrid están catalogados a día de hoy como coches ECO por la DGT, por lo que disfrutan de ciertas ventajas como poder circular libremente por zonas de bajas emisiones, rebajas en el impuesto de circulación, bonificaciones en zonas de aparcamiento regulado, etc.
Hasta 250 CV de potencia
Antes de entrar en harina, cabe destacar que Volvo ha escogido para las nuevas variantes la denominación 'B', de Battery, en lugar de la 'D' representativa de los motores turbodiésel o la 'T' para los propulsores turbo de gasolina que emplea.
En cuanto al Volvo XC60, que estrenó su segunda generación en el Salón de Ginebra de 2017, ofrece ahora tres motorizaciones con hibridación suave: dos diésel y una gasolina. El precio oscila entre los 54.046 € y los 63.176 €, en función del acabado escogido.
De acuerdo con la nueva denominación, el configurador web ofrece desde este pasado lunes el Volvo XC60 B4 como la versión de acceso del SUV mediano con esta tecnología, que equipa un motor gasóleo 2.0 de 197 CV (145 kW), mientras que el Volvo XC60 B5 monta un 2.0 diésel de 235 CV (173 kW).
En cuanto a la alternativa gasolina, el Volvo XC60 B5 va equipado un motor 2.0 de 250 CV (184 kW). Las tres opciones se asocian a un propulsor eléctrico de 10 kW (14 CV) y al cambio automático de 8 velocidades.
El consumo de combustible mixto homologado por Volvo para ambos motores diésel es de 5,4 l/100 km y unas emisiones de CO₂ de 142 g/km; el gasto de carburante en el caso del gasolina de 250 CV asciende a 7 l/100 km y emite 160 g/km de CO₂.
El Volvo XC90, sin motor de combustión tradicional
En lo que respecta al Volvo XC90, comparte las mismas motorizaciones gasolina y diésel de altas prestaciones, pero prescinde de la versión diésel de acceso. La horquilla de precios va desde los 68.650 € hasta los 78.168 €.
El consumo de combustible mixto homologado del Volvo XC90 con motor diésel de 235 CV es de 5,9 l/100 km y unas emisiones de CO₂ de 154 g/km, mientras que el gasolina de 250 CV asciende a 7,2 l/100 km y 165 g/km de CO₂.
Por otra parte, la firma sueca destaca que, mientras que en la gama XC60 las versiones 'B' convivirán en un principio junto a los 'D' y 'T', en el XC90 desaparecen los motores de combustión tradicionales, pudiéndose escoger únicamente como híbrido o mild-hybrid.
Esta maniobra está en consonancia con el objetivo de Volvo de que en 2020 el 20% de sus ventas corresponda a modelos con algún tipo de electrificación, y que en 2025 la mitad de sus ventas sean coches eléctricos.
En Motorpasión | ¿Baterías de calcio para coches eléctricos? Podrían ser la solución para sustituir las de iones de litio