Volvo sigue dando pasos en su objetivo de reducir por completo la siniestralidad en sus vehículos. La marca acaba de anunciar que implementará su tecnología de seguridad conectada en todos sus modelos en Europa, la cual se materializa en varios sistemas que permitirán a los coches de Volvo comunicarse entre sí y avisar de los peligros que encuentren a su paso.
Se trata de las tecnologías Slippery Road Alert y Hazard Light Alert que, si bien ya se incluían desde 2016 en los Volvo V90 y S90 en Suecia y Noruega, ahora estarán disponibles en todo el Viejo Continente.
Ambos sistemas vendrán de serie en todos los modelos que comercialice la marca a partir de 2020, aunque aquellos automóviles concebidos bajo las plataformas modulares SPA (Scalable Product Architecture) y CMA (Compact Modular Architecture) a partir de 2016 los tendrán disponibles bajo actualización la próxima semana, según ha informado Volvo en un comunicado.
Esta nueva tecnología de coche conectado se suma a los últimos anuncios tecnológicos de Volvo en materia de seguridad, un feudo donde la marca sueca siempre ha destacado.
Coches conectados para evitar accidentes
Estos dos sistemas permiten que los coches de Volvo compartan información y se alerten entre sí en tiempo real a través de una red basada en la 'nube'.
El Slippery Road Alert, o alerta por carretera resbaladiza, monitoriza la superficie de la carretera y, si el firme es deslizante, avisará a los Volvo cercanos en dicha ruta. Por su parte, el Hazard Light Alert envía una alerta a todos los coches aledaños en caso de que un modelo de la marca equipado con dicha tecnología encienda las luces de emergencia.
Ambos sistemas actuarán de manera preventiva, lo que, según Volvo, ayudará a reducir la siniestralidad en carretera: "Compartir datos de seguridad en tiempo real entre automóviles puede ayudar a evitar accidentes. Los propietarios de Volvo contribuirán a hacer que las carreteras sean más seguras para otros conductores que habilitan la función, mientras que también se beneficiarán de alertas previas a condiciones potencialmente peligrosas con antelación", expone Malin Ekholm, director del Centro de Seguridad de Volvo Cars.
La marca asegura que estos datos se recopilarán de forma anónima, a fin de asegurar la privacidad de sus clientes, e invita a otros fabricantes europeos a hacer lo propio. "Cuantos más vehículos compartamos datos de seguridad en tiempo real, más seguras serán nuestras carreteras", apunta Ekholm.
Objetivo 2020: ningún herido o fallecido en los automóviles de Volvo
Esta tecnología viene a unirse a otros sistemas recién anunciados por la marca en pos de la seguridad. Todos ellos se enmarcan dentro de su plan 'Vision 2020', cuyo objetivo no es otro que conseguir que, a partir de 2020, ningún ocupante muera o resulte gravemente herido en un coche de Volvo.
Así, desde el año que viene, todos los automóviles que comercialice la marca tendrán limitada su velocidad a 180 km/h. La firma escandinava se adelanta así a las pretensiones del ejectutivo Europeo, que está contemplando obligar a los fabricantes a incorporar el control de velocidad inteligente a partir de 2022.
Además, Volvo también ha presentado una llave bautizada como Care Key, que permite a sus clientes establecer limitaciones de velocidad máxima cuando se lo prestan a otros familiares o amigos.
Por otro lado, también en 2020, los nuevos coches de Volvo incorporarán un sistema de cámaras y sensores en el habitáculo, que monitorizarán en todo momento si el conductor está o no en condiciones de conducir. Si durante un tiempo prolongado, detecta que el conductor no tiene las manos el volante, cierra repetidas veces los ojos o reacciona lenta o bruscamente, el coche de forma autónoma reducirá la velocidad, hasta incluso de detenerse, además de preguntar al conductor si todo va bien.
De esta manera, los coches de Volvo serán capaces de detectar si el conductor circula ebrio o bajo el efecto de sustancias estupefacientes, así como si se encuentra indispuesto. Aunque esta última tecnología también abre el debate de la privacidad ya que, en definitiva, no sólo obliga al conductor a ser vigilado, sino que también toma decisiones por él.