A todos nos gustaría tener una obra de arte como esta en el garaje, como el buen vino parece que mejora con los años, aunque sólo como coche de exposición, claro. Este Volswagen Golf de primera generación tiene algunos cambios, a destacar la suspensión rebajada, las llantas y el volante de un Volkswagen Beetle y un interior cuyos asientos han sido donados por un Porsche 914 de los años 70.
Y hay otras pequeños detalles que para mí le hacen tener todavía más encanto: ¿qué me decís de esas barras de techo? ¿Y de las pegatinas y objetos extraños? Aunque lo mejor es… ¡el gato de la bandeja trasera!.
Por lo visto al dueño sólo le costó 2.000 euros (modificaciones aparte, el gato también), así que ya veo a más de uno rastreando las webs de compra-venta a ver si encuentran su chollo. Si no siempre os lo podéis comprar nuevo, aunque va a salir un poco caro.
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Vía | German Car Scene > Revista Golf+