No, no va en broma. La afición de algunos por Nürburgring Nordschleife roza lo estrambótico. Alguien se ha tomado muy en serio lo de rodar en el Infierno Verde aunque lo ha hecho de una manera un tanto peculiar y quizá no todo lo segura que podría ser la experiencia: con un tuk-tuk.
Alejándose de su propósito como servicio de transporte público y abandonando Tailandia para llegar a Alemania hace tres años, este tuk-tuk ha conseguido completar una vuelta de récord al Infierno Verde, aunque por lo lenta que ha sido.
El tuk-tuk era tan lento que tenían que advertir de su presencia con otro coche
Al igual que las noticias habituales que solemos traer por aquí en referencia al que posiblemente sea el circuito más complicado del mundo, estamos hablando de un tiempo por vuelta estratosférico aunque en esta ocasión por lo desorbitado del registro ya que este pequeño vehículo ha terminado una vuelta en más de media hora.
Los países asiáticos están superpoblados por estos pequeños motocarros que hacen las veces de taxis en las grandes urbes. Con un tamaño contenido, fáciles de mantener y con espacio para pasajeros (aunque también los hay de carga) es difícil no verlos a centenares en Tailandia. Lo que es muy poco probable es encontrárselos en Nürburgring.
Este ejemplar vino desde el lejano oriente a Europa con una misión: ser el primero en rodar en Nürburgring. Así, en 2018 trató de completar un giro a la complicada pista alemana hasta que una avería dio al traste con su misión, pero no tiró por tierra el propósito de sus impulsores.
Durante unos meses han reforzado la mecánica del tuk-tuk para soportar las exigencias del trazado germano, el motor ha recibido nuevas piezas elaboradas a medida para que su mecánica pudiera aguantar una vuelta entera a fondo y en esta ocasión lo han conseguido.
Rodando con el piloto más dos pasajeros, el tuk-tuk más rápido del infierno verde ha cerrado una vuelta a Nürburgring Nordschleife en, respira, 31 minutos 49 segundos y 46 centésimas. Vale, no es nada sorprendente, pero conllevó sus riesgos en un escenario donde normalmente los coches ruedan al máximo. Tanto es así que tuvieron que ser escoltados por un coche que avisaba de su posición porque el tuk-tuk incumplía en algunos tramos el límite de velocidad mínima requerida para los vehículos (40 km/h).
Si hubieran salido al mismo tiempo, el Porsche 919 Hybrid habría doblado hasta en cinco ocasiones al tuk-tuk, cinco veces en el caso de un Ferrari 812 Superfast o tres veces más lenta que la Ford Transit pilotada por Sabine Schmidtz.