Es una tarde muy agradable en Denver (Colorado, Estados Unidos), por algún motivo hay mucha gente tomando el fresco o haciendo cola para cazar un Pokémon (a saber) mientras alguien graba el vídeo cómo se acerca al cruce un McLaren MP4-12C naranja, el ya extinto deportivo británico.
De fondo se oyen las ruedas de un skater aproximándose al paso de cebra y el conductor del deportivo británico en vez de detenerse ante la línea perpendicular, invade el cebreado. Entonces se dejan de oír el monopatín previsiblemente porque el chaval tendría que apearse para no ser atropellado, el conductor del McLaren le pita y entonces el jovenzuelo se toma la justicia por su mano y, en fin, digamos que toma una de esas malas decisiones en caliente.
En efecto, el monopatín termina rompiendo la luna de un supercoche de más de 200.000 euros y el autor del crimen se da a la fuga perseguido por el copiloto del McLaren.
Ni hay demasiada información al respecto de lo que ha pasado ni el vídeo deja claro lo que ocurre. Lo que sí tengo claro es que se juntan el hambre con las ganas de comer.
