Para que luego digan que hacen falta chorrocientos caballos para divertirse. Sólo hacen falta unos cuantos ingredientes, un Ford Fiesta 1.1 con la asombrosa potencia de 53 CV, un poco de nieve, quitarte el miedo a tirar del freno de mano, unas buenas manos al volante y una carretera libre de tráfico. Todo bien mezcladito da un resultado evidente, diversión garantizada.