
Quién no ha soñado con que le toque un día un Ferrari. Para un taxista de Guernsey, isla del Canal de la Mancha dependiente de la corona británica, ese sueño acaba de hacerse realidad. Sin embargo, esta oportunidad única se convirtió en un sorprendente dilema.
La historia empezó cuando Gatis Ruiga, nuestro protagonista y taxista desde hacía sólo 5 meses en Guernsey, compró una decena de billetes de lotería por Internet por tan sólo 19 peniques cada uno (23 céntimos de euro). Sólo uno de esos 10 billetes resultó ser el ganador. Vamos, que invirtió menos de 1,50 euros y recibió a cambio un todo Ferrari 488 GTB. Y sorprendentemente no se lo quedó.
Piensa con la cabeza
El Ferrari 488 GTB ya no se fabrica. Gatis ganó un modelo usado valorado en 175.000 euros (nuevo rondaba los 300.000 euros). El hombre participó por diversión y porque el boleto de BOTB (la lotería online que organiza estas rifas) para probar suerte y hacerse con un coche de Maranello era increíblemente barato.
Como la mayoría de las personas que participan en este tipo de concursos, se supone que era plenamente consciente de que sus posibilidades de ganar eran cercanas al cero. No esperaba ganar. Por eso, cuando se enteró le costó un poco asimilarlo, a pesar de la cámara de BOTB, hasta que vió el Ferrari aparcado en el puerto.
Contra todo pronóstico, su boleto le hizo ganar un Ferrari 488. El sucesor del Ferrari 458 Italia, con sus 670 CV y 0-100 km/h en menos de 3 segundos con una velocidad máxima de 330 km/h es un auténtico sueño. Sorprendido por esta improbable victoria y a pesar de la euforia inicial, Gatis se tomó su tiempo para reflexionar.
El coste del seguro y de la gasolina, por no hablar de las escasas posibilidades de sacarle partido en la pequeña isla de Guernsey, le han hecho renunciar al Ferrari y aceptar el premio en metálico a cambio. Eso sí, de un valor inferior al del coche que ganó.
En realidad, el hombre tenía un sueño más grande que hacer realidad: utilizará el dinero ganado para comprar su propio taxi, y así ser su propio jefe, pues en ese momento alquilaba el taxi para poder trabajar, y usar el resto para la entrada de una casa, pues también estaba de alquiler en su casa.
Por supuesto, también podría haber aceptado el coche y venderlo posteriormente, pero mientras tanto tendría que haberlo asegurado, guardado en un lugar seguro, etc. El Ferrari 488, con su motor V8 biturbo, es un coche impresionante y muy apetecible, pero la elección de Gatis es muy respetable y sin duda sensata.