La Fórmula Drift cada vez congrega más seguidores, consigue más audiencia y, por consiguiente, el espectáculo acaba por crecer. Algunos buscan la máxima repercusión con su pilotaje y otros lo buscan con coches tan espectaculares y atípicos en la disciplina como un exuberante Ferrari 599. Por desgracia para el deportivo italiano y para su piloto, su estreno ha sido un absoluto desastre.
Federico Sceriffo corría la primera prueba contra Chelsea DeNofa hasta que su coche dijo basta de forma prematura. Fiorella, que así es como se conoce al 599 amarillo, sufrió algún problema mecánico. Lo que nadie esperaba mientras la cámara se centraba en DeNofa es que el Ferrari iba a acabar... sí, envuelto en llamas.
Un inicio ardiente en la Fórmula Drift
La bestia italiana es un flamante cavallino, un Ferrari 599 equipado con un motor 6.0 de 12 cilindros en uve al que se le han colocado una pareja de enormes turbos compresores que lanzan su potencia más allá de los 900 CV. Además se han realizado las convenientes modificaciones en cuanto a mecánica, refrigeración y carrocería para poder soportar las carreras de esta humeante disciplina. Ahora tocará rehacerlo casi por completo.
Por desgracia el sueño de Sceriffo no ha podido acabar de peor manera, ya que mientras estaba disputando la primera prueba del calendario tuvo que abandonar inesperadamente, dejando a su coche en uno de los viales de la pista y observando impotente cómo su orgullo italiano se deshacía en una bola de fuego.
Al parecer no fue un fallo de motor ni de refrigeración. Según comenta el propio Federicco, el fuego se inició al romperse el buje de la rueda izquierda tras un toque con DeNofa en la primera curva y perforar una línea de combustible, lo que hizo que junto a las altas temperaturas del motor sólo fuera cuestión de tiempo que las llamas hicieran acto de presencia.