Cuando vas en furgoneta y tienes que cruzar un río y no quieres dar un rodeo hasta el siguiente puente tienes varias opciones. Una de ellas es aguantarte y dar ese rodeo. Otra, acordarte de toda la familia de quienes decidieron que ahí no había puente. Y finalmente dar el rodeo.
También puedes decidir no pasar, acordarte de la gente de 'Puentes y Caminos' y dar media vuelta. Y por último, puedes colocar dos troncos encima del curso de agua que has de pasar y cruzar al volante de tu furgoneta. Qué puede salir mal.
Ojo, que hablamos de tan sólo dos troncos de madera, literalmente. Aquí, nada de construir una suerte de puente en la jungla a lo the 'Grand Tour'. No, tiras dos troncos por encima y está. Y que no sean muy gruesos, además, que esas cosas pesan y hay que moverlas. Ya está todo listo. En tu mente, ya te ríes de la gente del Camel Trophy.
Marcha atrás, mirando por los retrovisores es más seguro
Pero nada, tú a lo tuyo. Y encaras la marcha hacia el puente de fortuna. Bueno, no. Vas marcha atrás. Porque sabes que con los retrovisores se controla mejor la posición de las ruedas sobre los estrechos troncos, y por tanto tu furgoneta no se caerá al agua. Y tú con ella.
Vas despacio. Muy despacio. Y parte del público ya presiente lo que va a ocurrir. Pero nada, tú a lo tuyo y vas avanzando. Avanzando. Nada te detiene.
Y terminas, por fin. Te ríes, pero sabes que lo que acabas de hacer ha sido bastante estresante. "Interesante, no, colega: estresante". Que ya no sabes ni lo que te dicen. Es igual, tienes que hacer una entrega y te vas. Vaya, si llevabas el freno de mano puesto...
En Motorpasión | Cómo construí mi propia furgoneta camper paso a paso: una historia de sueños y pesadillas por el amor de viajar a mis anchas