Pongamos que se nos casca el cambio de marchas del coche y que nos quedamos sin marcha atrás, porque el piñón inversor de la marcha se nos ha ido de cañas, o porque la palanca no entra o por cualquier otra circunstancia de trágicas consecuencias similares. ¿Qué opciones nos quedan?
a) Echarnos a llorar.
b) Estrellarnos con todo lo que tengamos por delante hasta que logremos abrirnos camino.
c) Utilizar el cerebro, tal y como vemos en el siguiente vídeo:
Ah, el ingenio... Si ya en la antigüedad los troncos servían como elementos móviles para el traslado de pesados bloques de roca — que lo sé yo, que lo vi en un libro de Astérix cuando era un chaval—, qué no harán unos cilindros y una cadena utilizados con inteligencia cuando la tecnología del Pathfinder nos da la espalda...
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