El líder de Corea del Norte y entusiasta de los coches alemanes, Kim Jong-un, se encuentra de vuelta de su viaje a la región de Vladivostok, en Rusia, y seguramente de mal humor. Jong-un llegó dejó su limusina personal Maybach y subió a bordo del tren blindado en el que viajó desde Pyongyang con un gran séquito.
Pero el problema es que el encargado de aparcar el coche personal de un dictador dentro de un tren no ha conseguido ejecutar la tarea de forma impecable.
En el breve vídeo se puede observar cómo han colocado un muelle de carga que da acceso a uno de los vagones del tren. Mientras uno de los miembros de la comitiva indica al conductor cómo maniobrar para meter el Maybach S62 en el ajustado espacio del vagón, otro monta guardia.
Pero la maniobra no se lleva a cabo todo lo bien que Jong-un querría.
Durante su visita oficial a Rusia, el líder supremo ha podido darse una vuelta con Putin en su limusina Aurus Senat, fruto de seis años de desarrollo desarrollada del instituto automovilístico estatal ruso, durante los cuales fue conocida como Proyecto Kortez.
Al estilo de La Bestia presidencial estadounidense, el blindaje de la Aurus es tan espeso que es capaz de soportar explosiones de bombas, disparos de tanques y hasta ataques con armas químicas. Su cabina es hermética y cuenta con una provisión de oxígeno para que sus ocupantes puedan permanecer encerrados y con vida durante varias horas.
Y no solo eso. Como con el Cadillac One, la Aurus cuenta con una reserva de sangre del propio Putin, para realizarle una transfusión en caso de necesidad extrema.
Kim parece ser a todas luces un entusiasta de los automóviles, ya que se le ha visto en varios coches de lujo, incluidos diferentes modelos de Mercedes, un vehículo utilitario deportivo Lexus y un Rolls-Royce Phantom. También utiliza para sus desplazamientos un Mercedes Maybach S600 Pullman Guard.
Esos vehículos pertenecen a la categoría de artículos de lujo que los países miembros de la ONU tienen prohibido exportar a Corea del Norte y se cree que han sido introducidos de contrabando.
El fabricante alemán Daimler, que fabrica el Maybach, ha dicho que no tenía idea de cómo el vehículo y otros automóviles de la marca de la estrella fueron llevados al Norte y que no tenía tratos formales con Pyongyang. Posteriormente se ha demostrado que lo hace a través de un complejo entramado de transbordos en puertos “amigos”, envíos por barcos no declarados y compañías mercantiles de dudosa legalidad.