En los 80 Mazda tuvo una idea loquísima: un coche-maleta para convertir los aeropuertos en carreras de Mario Kart

Las décadas de 1980 y 1990 fueron épocas de ostentación en Europa y de experimentación e ingenio en la industria automotriz japonesa. Marcas como Honda y Mazda se destacaron por proponer soluciones innovadoras para la movilidad urbana de sus mega ciudades plagadas de coches y afectadas por un intenso tráfico: desde mini-motos hasta patinetes plegables, los antecesores de nuestros vehículos de movilidad personal actuales o VMP.

Entre estos inventos singulares destaca el prototipo de Mazda conocido como “Suitcase Car” o “Coche Maleta” que era justo eso: una especie de kart plegable integrado dentro de una maleta, que parecía sacado de un videojuego. Este curioso vehículo, que cabía en cualquier coche, tenía un motor de dos tiempos y alcanzaba velocidades de hasta 32 km/h.

Así fue el Mazda “Suitcase Car” de 1991: mitad moto, mitad kart, dentro de una maleta

En 1991 Mazda presentó al mundo su singular “Suitcase Car”. Este prototipo fue creado como parte de un concurso interno de la marca nipona llamado ‘Fantasyard’, cuyo objetivo era fomentar la creatividad entre sus ingenieros. Liderado por Yoshimi Kanemoto, el equipo transformó una maleta grande de Samsonite (unos 75 x 56 cm) en un vehículo funcional.

Para ello, incorporaron un motor de dos tiempos de 34 cc con una potencia de 1,5 CV, capaz de alcanzar una velocidad máxima de 32 km/h. El “Suitcase Car”, que podría definirse como una especie de mini moto y mini ‘kart plegable’, contaba con tres ruedas y un sistema de aceleración similar al de una motocicleta, con un manillar compacto y un acelerador de puño.

A pesar de su tamaño reducido, el “Suitcase Car” incluía detalles sorprendentes como faros, luces de freno, intermitentes y hasta moqueta en el suelo. Además, su diseño modular permitía montar y desmontar las ruedas traseras y el asiento sin necesidad de herramientas, lo que lo hacía relativamente sencillo de usar.

Fuente: Mazda

Con un coste de fabricación de unos 5.000 dólares de la época, el “Suitcase Car” se presentó como una solución compacta y creativa para la movilidad urbana de la época. Aunque nunca se comercializó, hizo una aparición notable en Times Square en 1992, conducido por un ejecutivo de Mazda para promocionar el Salón del Automóvil de Nueva York.

También tuvo un gran éxito mediático, pues el entrañable Coche Maleta apareció en el programa de la presentadora Ophra Oprah Gail Winfrey: ‘The Oprah Winfrey Show’, el más visto de su tipo en la historia de la televisión norteamericana.​

Los antepasados de nuestros patinetes eléctricos: de la Suitcase a la Honda Motocompo

Fuente: Mazda

El concepto del “Suitcase Car” tiene paralelismos claros con otros inventos de movilidad urbana de los años 1980 y 1990. Uno de los más destacados es el Honda Motocompo de 1981. Este pequeño scooter plegable estaba diseñado para caber en el maletero de coches urbanos como el Honda City. Al igual que el prototipo de Mazda, el Motocompo buscaba complementar los trayectos diarios ofreciendo una solución compacta para 'el último tramo' del viaje.

En 2023, Honda revivió esta idea con el Motocompacto, un scooter eléctrico ultracompacto que se pliega en forma de maleta. Este modelo retomó la filosofía del Motocompo y el “Suitcase Car”, adaptándola a las necesidades actuales de movilidad sostenible. Otros fabricantes como BMW, Volkswagen y Mercedes-Benz también han explorado conceptos similares con patinetes eléctricos portátiles que se pueden llevar en el maletero de un coche.

Fuente: Mazda

Un ejemplo curioso y algo más excéntrico es la maleta motorizada de Jeremy Clarkson, creada para un episodio de “The Grand Tour”. Con nueve ruedas y un diseño inspirado en el “Suitcase Car”, esta invención formó parte de una divertida competencia contra el portátil-skate de Richard Hammond. Aunque más una broma que un invento serio, demostró que la idea de un vehículo-maleta sigue siendo cautivadora y sigue estando muy viva.

El “Suitcase Car” tenía como principal ventaja su portabilidad y su capacidad de ofrecer una solución de movilidad integrada para trayectos cortos. Sin embargo, su peso de 31,75 kilos y su limitada potencia lo hacían poco práctico para el día a día. A pesar de ello, representa un ejemplo brillante de cómo la creatividad puede desafiar las normas establecidas y proponer soluciones originales a problemas cotidianos.

¿Y lo que molaría echarse unas carreras por el aeropuerto con este tipo de aparatos? Si te ha picado el gusanillo, lo más parecido hoy en día quizá sean “las maletas inteligentes” como las de Airwheel, que sí que son maletas funcionales para guardar cosas. Eso sí, además de que también pesan lo suyo y sólo alcanzan unos 14 km/h, las más básicas cuestan unos 800 euros.

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