El Singer Turbo Study se convierte en el primer Singer que se puede conducir a cielo abierto. Utiliza como base el Porsche 911 de la generación 964 y su diseño se inspira en el mítico Porsche 930 Turbo Cabriolet.
La compañía americana lleva más de 10 años creando restomod de Porsche 911 que quitan el hipo, pero nunca se había atrevido con las carrocerías descapotables. Hasta ahora.
Tecnología de supercar y sabor clásico
Si hay alguien que sabe reinterpretar el Porsche 911 clásico y hacerlo todavía más atractivo es Singer Vehicle Design. Desde que fue fundada en 2009, esta empresa asentada entre California y Reino Unido ha restaurado multitud de Porsche 911 clásicos, mejorándolos en todos los sentidos, pero manteniendo la estética original.
Su primer modelo, llamado Classic Study, estaba hecho sobre la base de un Porsche 911 964 fabricado entre 1989 y 1994, pero su diseño se inspiraba en la primera fase del Porsche 911 de la Serie G.
Del motor se encargaba Williams Advanced Engineering, que desarrolló un bloque bóxer de 4.0 litros y seis cilindros atmosférico refrigerado por aire capaz de desarrollar hasta 507 CV a 9.000 rpm en el Singer DLS.
En febrero de este mismo año, Singer escribió el siguiente capítulo de su historia con el Turbo Study. Por primera vez, los de California introdujeron el turbo en uno de sus restomod, aunque la base de esta bestia seguía siendo el Porsche 964. Eso sí, por fuera imitaba el diseño del legendario Porsche 930 Turbo.
El éxito fue rotundo, en parte por el motor bóxer de seis cilindros y 3.8 litros turboalimentado de 450 CV, pero también por el cambio manual de seis relaciones, la tracción trasera.
Parte del encanto del Turbo Ready también tiene que ver con la carrocería de fibra de carbono o su interior completamente personalizable con estética ochentera y tecnología moderna, como la carga inalámbrica para teléfonos móviles o los asientos calefactados con ajuste eléctrico.
Pero no hay Porsche 911 sin su versión descapotable y esa es la asignatura que tenía pendiente Singer. Su primer modelo de este tipo es el Turbo Study Cabriolet y, en esencia, es el mismo coche que el Turbo Study coupé, pero con una capota de lona. El resultado es la reinvención del Porsche 930 Turbo Cabriolet original.
La primera unidad utiliza una carrocería de fibra de carbono pintada en Rojo Cádiz, incorpora una capota de lona eléctrica de color negro y monta un motor bóxer de seis cilindros y 3.8 litros biturbo que entrega 510 CV, siempre ligado a un cambio manual de seis marchas y a la tracción trasera.
Además, utiliza frenos carbocerámicos, mientras que por dentro combina detalles en madera con los asientos deportivos eléctricos tapizados con un tartán negro y rojo. No falta el aire acondicionado ni la carga inalámbrica para smartphone.
Al igual que con cualquier Singer, el Turbo Ready Cabrio puede personalizarse por completo. Desde el color exterior, hasta la configuración interior, el equipamiento, la potencia del motor (desde 450 hasta 510 CV) e incluso la tracción, que puede ser trasera o total. Lo que no cambia es la transmisión manual; Singer no ofrece la posibilidad de montar una automática en sus coches.
Lo que no ha trascendido es el precio. Singer dice que “los precios del Turbo Study dependen de las especificaciones solicitadas por cada propietario. Como siempre, los clientes pueden contactar con nosotros para transmitirnos sus requisitos personales y estudiar cómo podemos llevarlos a cabo”.
A modo de referencia, sabemos que el Singer DLS costaba más de 2,3 millones de euros el año pasado, así que el Turbo Study no será precisamente barato. Pero lo que ofrece a cambio es único, en el sentido estricto de la palabra porque no existe nada parecido a Singer en el mercado y tampoco hay un Singer igual que otro.