En los años 80 y en los años 90, las carreras callejeras en Japón solían ser las más locas del planeta, con algunos de los coches más rápidos y extraordinarios del momento circulando a toda velocidad por las autopistas de Tokio. El club de carreras callejeras más famoso por aquel entonces era el Mid Night Club.
Ahora inactivos en el mundo de las carreras callejeras, capturaron la imaginación de muchos adolescentes y contribuyeron más que nadie a exportar la cultura nipona del automóvil. Y una marca nipona, más que cualquier otra, le debe también mucho al Mid Night Club.
Hablamos de Nissan y del Skyline GT-R, pero también de los Nissan 350, 370 y 400 Z. El vínculo, aunque indirecto, que une el club y la marca nipona está envuelto en una leyenda, la club más famoso y a la vez más secreto del mundo.
Antes, un poco de historia. El Mid Night Club nace en 1982 formada por una mezcla de jóvenes adinerados en busca de emociones fuertes, algunos eran propietarios o herederos de importantes empresas japonesas, mientras que otros eran mecánicos o propietarios de talleres de tuning que querían fabricar coches de altas prestaciones y darse a conocer.
Todos los sábados, a altas horas de la noche, se enfrentaban entre sí para ver quién era el más rápido, quién alcanzaba la mayor velocidad y sobre todo la mantenía. Era una suerte de Cannonball limitada a las autopistas de la bahía de Tokio, como la Tomei Expressway, la Shuto Expressway o el famoso Hakone Turnpike.
De club secreto a leyenda de la cultura automóvil
Todo empezaba en un parking en medio de varios intercambiadores de autopistas situado en una isla en frente de Yokohama, al sur de Tokio. Sí, se trata del famoso parking de Daikoku, cuya peregrinación es obligatoria una vez en la vida para todo fan de JDM. O simplemente si viajas por Japón y te gustan los coches.
Esas reuniones más o menos improvisadas se deben al Mid Night Club. A medida que su fama crecía, alimentada por publicaciones como Option, todos querían ver esas máquinas y esos locos que rozaban cada sábado los 300 km/h en una estrecha autovía de dos carriles sin arcén en las que salirse de la vía implicaba caer al mar o estrellarse contra los muros de un túnel.
Cuando alcanzar los 300 km/h se convirtió en la norma, buscaron récords de vuelta. Fueron forjando su leyenda golpe de 4 minutos 54 segundos para recorrer la Shuto Expressway (lo hizo el vice presidente del club con un Nissan S130Z) o 6 minutos 54 segundos para cubrir el Hakone Turnpike, un tiempo marcado por el presidente y su Porsche 930 Turbo ultra preparado. Son recorridos que en tiempo normal se harían en algo más de 30 minutos. Los fans del anime 'Wangan Midnight' verán un parecido con los coches de los protagonistas nada disimulado.
La mayoría de los coches que usaban eran deportivos japoneses, como el Nissan Skyline GT-R R32, el Mazda RX7, el Datsun Z original o el Toyota Supra, así como algún que otro Ferrari y numerosos Porsche 911.
En los años 90, la fama del club había traspasado las fronteras de Japón gracias esencialmente a la difusión de vídeos y a una revista inglesa de tuning llamada Max Power, que no solamente contribuyó a la fama del Mid Night Club, sino también de Smoky Nagata, fundador de Top Secret y autor de numerosos récords de velocidad en carretera abierta.
Hasta que una noche de 1999, cuenta la leyenda que un rifirrafe con una pandilla de moteros bosozoku terminó en accidente. Dos de los bosozoku murieron, y ocho automovilistas terminaron en el hospital con graves heridas, seis de ellos no teniendo nada que ver con las carreras. Siguiendo las normas del club, al primer accidente, el club se disolvería.
Nissan Skyline GT-R R32 y Porsche 911 Mid Night Club.
Esa historia, en realidad, no fue más que una especulación que permitía llenar un vacío. En realidad, los miembros del Mid Night Club simplemente se habían retirado de cualquier contacto con los medios de comunicación. Además, con el estallido de la burbuja económica japonesa, se acabó la economía del derroche y los excesos a lo Gordon Gecko.
Era el momento de adoptar un perfil bajo, especialmente para los miembros con carreras profesionales para los que provocar a la policía a 300 km/h en una autopista podría tener consecuencias profesionales muy duras.
En la actualidad, el Mid Night Club sigue vivo. Simplemente, ahora, en lugar de buscar romper el récord de vuelta en la Wangan, lo hacen en Tsukuba. Eso sí, sigue habiendo una aura de secretismo acerca de quién es o fue miembro.
Hiroshi Tamura y el Mid Night Club
Nunca se supo realmente quiénes eran los miembros del Mid Night Club. Al menos, no de manera oficial. Sólo se supo que Yoshida-san era el presidente, cuya identidad quedó patente tras ser arrestado por fraude.
Otros supuestos miembros del Mid Night Club incluyen a los fundadores de AbFlug y de Re-Amemiya, prestigiosos tuners nipones, así como a ‘Smokey’ Nagata, el dueño y cabeza pensante de Top Secret. Y también, se dice que Hiroshi Tamura, especialista de producto en Nissan y figura clave en la creación del Nissan R35 GT-R y el nuevo Nissan Z, también era miembro del Mid Night Club.
Tamura-san nunca admitirá que forma parte del Mid Night Club, por razones obvias relacionadas con su posición en Nissan, y niega haber sido miembro. Sin embargo, en una entrevista con Forbes, no pudo evitar enseñar fotos y hablar de su Skyline GT-R R32 de 800 CV, posteriormente bajado a 600 CV. En la foto, bien visible, una pegatina: "Mid Night Car Speciall", sí con dos eles. (En el tweet encima de estas líneas se aprecia bien la pegatina en la cuarta foto)
En su día, los chicos del Mid Night Club no se andaban con historias con el tema de la pegatina. No era raro que destrozaran un coche que la lucía sin ser de un miembro. Por lo que se intuye que si su R32 sigue intacto es porque es el coche de un miembro. Quizá también pudo ser colocada por un miembro de la banda a modo de broma, quién sabe.
Tamura-san entró en Nissan en 1984 y al equipo de desarrollo del Skyline GT-R en 1997. Para 2000 ya era director de planificación de producto y en 2006 fue nombrado especialista jefe de producto. Desde 2012, Tamura-san ha tenido el trabajo que a cualquier ingeniero japonés que le gustan los coches desearía, jefe de planificación de productos en NISMO.
En el advenimiento del coche eléctrico y posiblemente autónomo, no podemos olvidar que hasta no hace mucho tiempo era gente como Tamura-san los que constituían el corazón y el alma de la industria automovilística, gente apasionada por los coches y la conducción, no por el software.