En Europa las ventas de pick-up son reducidas, mínimas si se comparan con las de Estados Unidos. Además la gran mayoría de estos vehículos en el viejo continente se destinan al uso profesional y muy pocas para uso particular. Cada vehículo tiene sus ventajas e inconvenientes, quizá estos segundos tienen mayor peso para los europeos.
Las ventajas principales son su capacidad de carga y facilidad para transportar objetos voluminosos y/o pesados, es normal que puedan cargar una tonelada sin problema. Y también está su capacidad de remolque, generalmente superior a los 3.000 kilos. Además lo normal es que sean del tipo todoterreno y de los de verdad, con chasis de largueros.
Ventajas claras y que para un uso profesional son más que interesantes, ya que se trata de vehículos muy robustos que aceptan el uso intenso sin miramientos. Pero siempre existe otra cara de la moneda y no todo es positivo en las pick-up, de hecho cuanto más específico sea el vehículo, más limitaciones tiene para un uso polivalente.
Inconvenientes de las pick-up
Para empezar las pick-up son grandes, más de cinco metros que no es precisamente lo mejor para meterse en callejuelas estrechas de zonas céntricas en grandes ciudades o pequeños pueblos, ni para buscar aparcamiento. De hecho hay modelos que al aparcarlos en batería sobresalen de la plaza. Pero hay más, la caja abierta no es lo más seguro frente a los amigos de lo ajeno y hay ocasiones en las que nos encontramos con un coche de más de cinco metros sin maletero.
Sí, hay opciones para cerrar la caja, la clásica persiana o una cabina completa de fibra, pero con esta última pierde gran parte de su facilidad de carga y habrá muchos tipos de carga voluminosa que ya no podremos cargar. Y la persiana es sólo para que no vean lo que llevas dentro, porque se abre en segundos por mucho que se le instale cerradura.
Hay más, las pick-up son más incómodas, la mayoría de ellas equipan suspensión trasera por ballestas que resulta dura y rebotona. El motivo de esta elección para el esquema de suspensión es que, en principio, estos vehículos están pensados para cargas pesadas y las ballestas son la elección generalizada. Aunque hay excepciones, por ejemplo el VW Amarok, que puedes elegir ballestas o muelles.
Aunque las ballestas no son el único punto incómodo de las pick-up, también su gran altura libre al suelo dificulta la entrada y salida del habitáculo. Y hay un punto que parece estar cambiando en las últimas generaciones, pero son más toscas. La dirección es más dura que en cualquier SUV y el cambio (si es manual) tiene un tacto más de camión.
El equipamiento ha aumentado notablemente en los últimos años así que ha dejado de ser uno de los hándicaps de las pick-up, pero los motores son grandes, grandes y gastones… ¿o no? Hasta cierto punto, antes sí, pero ahora han rebajado mucho los consumos. Aunque, no nos engañemos, consumen más que los SUV por su peso, dimensiones, desarrollos, tracción, neumáticos, etc.
Si tu vehículo ideal es una pick-up no hay ninguna duda. Si quieres una pick-up por encima de todo porque su estética es lo que deseas a toda costa, tampoco vamos a discutir. El dilema está cuando te gustan las pick-up pero la caja abierta es un problema para ti y estás pensando en instalar una cabina de fibra para cerrarla. Ahí ya la cosa tiene miga porque puede que realices una compra equivocada.
Piensa en los inconvenientes que he comentado, por mucho que cierres la caja van a seguir ahí, vas a tener un coche muy grande, con un consumo elevado y con incomodidades que no tienen los SUV. Incluso puedes encontrar un todoterreno más o menos equivalente más cómodo e igualmente apto para campo con una conducción en carretera más suave. Hay que valorar todos estos puntos en su justa medida para ver si finalmente vas a disfrutarla o sufrirla.