Cómo hacer publicidad responsable y ética de todoterrenos sin pillarse los dedos

Estamos acostumbrados a asociar 4×4 al campo, la montaña, barrizales, la caza… y bueno, recientemente también a los atascos, las entradas de los colegios y también los centros comerciales. Se han convertido en un tipo de vehículo más, lejos ya de ser una herramienta pura y dura de trabajo. El 4×4 es ahora cool.

Fruto de esa urbanización y domesticado de los todoterrenos, hemos evolucionado hacia el SUV, que para quien no sale de asfalto —la mayoría— les hace el apaño e incluso lo pueden tener con tracción delantera haciendo el mismo servicio y ahorrando combustible. Ahora bien, ¿cómo publicitar esto?

Un tribunal francés ha dictaminado que una conocida marca japonesa no puede promocionar sus 4×4 utilizando como fondo espacios naturales en aras de la preservación del medio ambiente, y tiene que retirar sus anuncios en un mes. Vamos, que eso de meter un 4×4 por la hierba, un bosque o un río debería ser penado, como si fuese un crimen.

Mensaje publicitario y sentido común no siempre van en paralelo

No es una postura demasiado lejana a la que tendrán los Forestales como nos sorprendan en Madrid con un 4×4 por un camino de tierra. O vamos camino a una finca o nos van a poner mirando a Escocia. Si eres periodista del motor y estás evaluando el vehículo, da igual, que pasas por el aro represor, aunque seas un amante de la naturaleza.

Es comprensible que la publicidad de coches deportivos no incluyan escenas que inciten a la conducción temeraria o irresponsable, aunque eso no impedirá que sus futuros dueños cometan alguna estupidez. Es lógico pensar que la publicidad de todoterreno transmita un mensaje conservador sobre la naturaleza, genial pues.

Ahora bien, ¿no se puede mostrar un todoterreno en el campo? ¿Es mejor exhibirlo en el aparcamiento de un IKEA? O mejor, ¿es más políticamente correcto verlo en zona azul, ocupando plaza y media, en un casco histórico? Esperad, olvidad eso último, que casi es un crimen contra la humanidad urbana.

Sin ánimo de hacer publicidad a la marca en cuestión, utilizo otras imágenes de todoterrenos en los que vamos a ver exactamente lo mismo. Veremos un vehículo adaptado para circular fuera de carretera, ¡fuera de carretera! Se presupone que para eso sirven, no para partir un utilitario en dos en caso de accidente.

Los potenciales dueños de todoterrenos asumimos que cuando se los pueden permitir, son mayores de edad y tienen su correspondiente licencia. No hay que tratarlos como a niños. ¿Suprimiendo esa publicidad van a quitar las ganas a la gente de irse de excursión a donde un turismo no puede llegar? Lo digo cumpliendo todas las normas sociales, ojo.

En la vida real vamos a ver pocos todoterrenos a pie de playa, o vadeando un río. Análogamente, tampoco vamos a ver muchos deportivos en carreteras donde no circula un alma a 50 km a la redonda ni hay radares, con rubia maciza de pasajera. La realidad cotidiana de estos vehículos es que comparten espacio con los coches en atascos, centros comerciales y aparcamientos.

No veo que se haga publicidad de un todoterreno tumbando agujas a 180 km/h por una autopista vacía. ¿Eso impedirá que se les dé ese uso? No pienso así. Quien quiera hacerlo, lo hará, y punto. Si se quiere preservar el medio natural ya hay normas al respecto, como señales de “Prohibido el paso” en zonas protegidas. Al infractor, que le metan el carné por escape.

Ya que mencioné Escocia, me acuerdo de la presentación del Opel Antara en un parque natural en Escocia, donde la velocidad estaba limitada a 10 km/h. Me dieron ganas de entregar mi carné a la policía a la salida, porque fui en varios tramos a 20 km/h. Soy un terrorista ecológico y merezco que se me ajusticie como a William Wallace, desmiembren mi cuerpo y se guarde mi cabeza en la Torre de Londres.

Por no hablar de la tricomparativa de todocaminos que hice en 2007 con el C-Crosser, Antara y Altea Freetrack. Por eso y menos, merezco la cárcel según el tribunal francés. Medito seriamente coger a Héctor, Javier y demás redactores de Motorpasión y entregarnos cuales prófugos de la justicia por haber usado todoterrenos fuera de carretera y encima hacerlo público.

Ramón María del Valle-Inclán acuñó una palabra para definir esto, empieza por e y acaba por o. A ver quién la adivina.

Fuente | Le Monde (en francés)

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