Tesla ha anunciado que abre la patente del diseño de su cable de carga y conector a otros fabricantes de forma gratuita, con la esperanza de que se convierta en un nuevo estándar en la industria en Norteamérica y Canadá.
De hecho, el fabricante lo ha bautizado como "North American Charging Standard" o NACS, y aunque pueda llevar a confusión, no se trata de ninguna designación oficial.
Además de poner el diseño de sus cables y conectores a disposición de otros fabricantes, Tesla también ha ofrecido a diferentes empresas estadounidenses de cargadores para coches eléctricos la posibilidad de añadir su sistema de recarga a los cargadores ya existentes. Sin embargo, no está muy claro si tanto fabricantes como empresas aceptarán la oferta.
Una oferta atractiva, pero con letra pequeña
Como muestran las patentes recientemente reveladas por Tesla, su estándar de recarga para coches eléctricos en el mercado norteamericano, ahora ‘NACS’, es capaz de ofrecer en torno a los 900 kW incluso 1000 kW de potencia total de carga.
Este es más potente (y rápido) que el que usan otros muchos fabricantes como Ford, General Motors, Audi o Volkswagen, conocido como CSS combinado, y sin embargo este último es en la actualidad el estándar generalizado de recarga para coches eléctricos. Además, es el estándar impuesto por Bruselas en Europa.
Las cosas eran muy diferentes hace una década, cuando en ausencia de un estándar de uso generalizado, Tesla lanzó al mundo el Model S y apostó por su propio sistema. Ahora, la marca asegura que con sus recientes movimientos “busca impulsar la transición mundial hacia la energía sostenible”.
Entre las razones de este cambio de paradigma en torno a una de las ventajas competitivas más reseñables de Tesla hasta ahora, como es su propio sistema de recarga, pueden estar incluyendo varios factores.
Una estandarización de cable que en ningún caso llegará a Europa
Por un lado, si la industria norteamericana adoptase el ‘renombrado’ estándar de Tesla como un estándar generalizado, esto supondría a largo plazo más facilidades tanto para los conductores de Tesla como para los que no.
En cuanto a los primeros, han podido usar cargadores CCS durante mucho tiempo con un adaptador simple que ahora se podrían ahorrar. En cuanto a los segundos, se beneficiarían en teoría de recargas más rápidas y también se evitarían el adaptador que necesitan fuera de Europa.
Aunque en este punto, y con unos estándares más que establecidos por las diferentes marcas en plena era de la electrificación, a priori parece complicado (y costoso) un cambio tan drástico.
Por otra parte, incorporar los conectores de Tesla en otros cargadores supondría muchos más ingresos para la marca, ya que estaría facturando a muchos más conductores que ahora por recargar su vehículo eléctrico. A estos beneficios también hay que sumar los que le llegarán a la compañía por ampliar y abrir su red de cargadores a otras marcas de coches.
Asimismo, el hecho de que Tesla esté realizando una progresiva apertura de sus ‘Superchargers’ al resto de marcas de coches eléctricos en EEUU, Reino Unido y Europa, podría suponer para la marca un importante aumento de los beneficios.
Sobre todo en nuestro mercado, que acusa una brecha importante en infraestructuras como la red de carga, ya que se estima una falta de ni más ni menos que 65 millones puntos de carga para coches eléctricos de cara a 2035. De salirle bien esta doble jugada, la marca californiana afianzaría aún más su posición de liderazgo en su sector.
Eso sí, a tenor de la normativa vigente en Europa en materia de sistemas de recarga, los conectores Tipo 2 y CCS Combo 2 son estándares que todos los coches eléctricos vendidos en el Viejo Continente deben cumplir. Da igual la marca del coche.
Siempre es posible que haya un cambio de estándar, pero no se prevé ese cambio a medio o largo plazo. Por tanto, y aunque la normativa Europea no prohíba otros conectores o enchufes diferentes a los estándares existentes, sí obliga a que las estaciones de carga rápida tengan como mínimo un conector CCS-2, algo que Tesla deberá tener en cuenta.
En la actualidad, Tesla cuenta con una estratégica red de más de 40.000 Supercargadores por todo el mundo y subiendo, lo que en la práctica la convierte ya en la red de recarga rápida más importante a nivel global.