Descubrir los entresijos de una fábrica de coches siempre desprende un cierto aura de fascinación, como un juguete nuevo para un niño. Pero si esa fábrica es de Tesla, una de las marcas más mediáticas, el descubrimiento sube puntos. Y poder hacerlo sin salir de casa ya es la guinda del pastel.
Todo lo anterior se lo debemos a Jürgen Stegemann, un fanático de la marca californiana que, de manera no oficial, ha documentado la evolución de su Gigafactory de Berlín a través de su canal de YouTube y sus redes sociales, donde publica bajo el nombre de GF4Tesla. Su último trabajo colgado en Twitter es un recorrido por toda la planta con una cámara-dron.
Una 'visita' por todo lo alto
Aunque el vídeo comienza por lo que sería el final de la cadena (con esos Model Y almacenándose en la campa del exterior), en unas pocas piruetas el dron cruza a toda velocidad una de las puertas de la fábrica. Y ahí empieza lo bueno.
Su primera parada (tras enseñarnos de refilón el almacén de los chasis) es la estampación de la chapa. Si el piloto del dron ya había demostrado hasta aquí unas manos gloriosas, nos quedamos sin calificativos para definir su precisión y sangre fría manteniendo el aparato justo entre medias de las prensas de chapa en funcionamiento.
Pasando por huecos inverosímiles navega entre los trozos que, poco a poco, los robots van convirtiendo en carrocerías completas. Incluso se permite el lujo de violar la tradicional estanqueidad de la cámara de cataforesis, volando casi a ras de los baños líquidos que contienen la imprimación previa a los colores.
Su vuelo y sus acrobacias le llevan hasta la última zona, donde bajo un ambiente de máxima pulcritud todas las piezas que conforman el Model Y van encajando por fin.
Paso por paso a lo largo de la extensa cadena, los coches reciben la parte mecánica, los ejes, el acristalamiento y los componentes del interior. Finalmente, las unidades recién terminadas pasan por el escrutinio final. Un arco equipado con luces de alta intensidad, que permiten a los responsables de calidad detectar cualquier defecto.
Y de la misma forma que entró (pero no por la misma puerta) el dron vuelve a salir al exterior, aprovechando el impulso para ascender y despedirse con una panorámica de los 227.000 metros cuadrados que ocupa la factoría.
Lo cierto es que, tras disfrutar una y otra vez con sus apenas dos minutos de paseo, no sabemos con qué quedarnos: si con todo lo que nos descubre sobre el particular proceso de producción de Tesla, o con el despliegue de habilidades en el manejo de la cámara-dron. He ahí la duda.
Foto | @GF4Tesla (Twitter)
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