La Comisión de Movilidad de la Unión Europea está preparando una regulación que sentará como una bomba atómica en la forma de conductir de los europeos. Con el objetivo de reducir las 30.000 víctimas mortales que hay cada año en la UE, se está planteando la imposición de la adaptación inteligente de velocidad (ISA en inglés).
¿Qué significa esto? Obligar a los conductores a respetar los límites legales, bien mediante cartografías guardadas y GPS, infraestructura inteligente (C2X) o mediante visión artificial (cámaras que leen las señales). Si el conductor va más deprisa de lo que toca, los frenos reducirán el exceso contra su voluntad.
Sé que ahora mismo muchos de vosotros estáis agarrando la mesa con furia y quebrando la madera o el metal. Es el limitador de velocidad en el sentido más dictatorial del término, los límites se respetarían sí o sí. Y puede afectar no solo a los coches nuevos, sino a millones de coches que ya están en circulación.
"¿Por qué los coches corren tanto si no se puede pasar de 120?"
Es una duda existencial que tienen muchos conductores (y no conductores). Hace más de 30 años los límites de velocidad más elevados eran una formalidad normativa, ya que la aplastante mayoría del parque móvil era incapaz de desarrollar grandes velocidades. Los motores no daban más de sí.
Cuando el fantasma de la crisis del petróleo de los 70 amainó, los motores empezaron a evolucionar mucho por diversas causas: inyección electrónica, más cilindrada, 16 válvulas, etc. Poco a poco, los coches empezaron a ser más rápidos que los límites legales por una simple cuestión de evolución técnica.
Un coche antiguo generalista iba en autopista muy revolucionado, mucho ruido y consumo. Según va aumentando la potencia y el par, las cajas de cambio van alargando sus desarrollos, permitiendo más confort acústico a gran velocidad (>100 km/h) y una importante reducción de consumos. La elevada velocidad punta es por tanto una consecuencia de eso.
Intelligent Speed Adaptation
El sistema ISA obligaría a todos los vehículos a respetar los límites de velocidad por cojinetes, al menos recién salidos de fábrica. ¿Quién pagará el sobrecoste de esa tecnología? Y si se aplica la transformación sobre millones y millones de coches en circulación... ¡repito mi pregunta!
Estamos ante un volumen de negocio astronómico para talleres, instaladores, fabricantes OEM y de terceros, ITV, etc. Evidentemente todo eso saldrá del bolsillo del automovilista. Pero nos estamos desviando del problema principal. De esas 30.000 víctimas anuales, ¿cuántas corresponden a velocidad excesiva? El ISA no impediría velocidad inadecuada.
Evidentemente podemos encontrar una relación causal entre velocidad y accidente, al ser un factor concurrente decisivo, pero ¿por qué no se incide en la raíz del problema? El coche no pasará de una velocidad determinada si el conductor no se lo exige, y el conductor debe ser consciente en todo momento de lo que implica eso. En otras palabras, educación.
El sistema ISA se podría acabar implantando en un escenario en el que varios países europeos han elevado sus límites de velocidad genéricos o se plantean subirlos. A saber, Polonia, Reino Unido, Holanda, etc. Hasta España plantea, desde hace tiempo, elevar el límite en autopistas y autovías en condiciones muy concretas.
Si la directiva no afecta a los coches ya en circulación, me temo que va a subir el valor residual de todos los coches usados. Si obligan a todos, habrá que ver a qué coste. También habrá que replantearse el sentido de modelos como los deportivos si todos van a circular a la misma velocidad.
Nuestros amigos los alemanes y toda su industria del automóvil están preparándose para la guerra, por aquello de si vis pacem para bellum (si quieres la paz, prepara la guerra). Siempre se han opuesto y siempre se opondrán, ellos son más de la opinión de que 250 km/h es un límite que no conviene sobrepasar, pero ¿los legales? Van a despertar a la bestia.
Evidentemente el sistema ISA no llegará inmediatamente, ni estará libre de controversia. Aunque se imponga, la reducción de víctimas de tráfico se puede hacer más eficiente incidiendo en otros campos, como la mejora de las infraestructuras, la perseverancia en la seguridad por parte de la industria automotriz y la mejora continua en la formación de conductores.
Los radares, esa plaga que asola toda Europa y gran parte del mundo industrializado, ya han cambiado mucho la mentalidad de la gente. Sin embargo, hasta que llegue la conducción autónoma, muchos nos vamos a oponer a semejante grado de injerencia e intromisión en nuestra forma de conducir.
Puede que para otoño veamos un documento de propuesta, en el que intervendrán expertos de la industria para añadir razones técnicas para su implantación, tanto a favor como en contra. De todas formas, si sigue subiendo el petróleo como está subiendo, se lo pueden ahorrar, la gente ya no corre tanto como antes. Su bolsillo se lo recuerda.
La única visión positiva que veo en el sistema ISA es que ahorrará un pastizal en multas, pero claro, no a todos.
Vía | "Daily Telegraph":http://www.telegraph.co.uk/motoring/road-safety/10278702/EU-plans-to-fit-all-cars-with-speed-limiters.html Imagen | "Emission Impossible":http://www.esru.strath.ac.uk/EandE/Web_sites/03-04/transport/ISA.html (III)
