Señales del futuro: así podrían ser las señales de tráfico a la vuelta de unos años

Pensemos en un futuro de la conducción que para unos es esperanzador, maravilloso, casi mágico... y para otros, aterrador, distópico, aberrante. Pensemos en un futuro en el que los coches son eléctricos, autónomos, conectados entre sí y conectados al mundo. Pensemos en un futuro en el que las comunicaciones por carretera habrán cambiado para siempre.

Ese es el escenario que suelen pintar quienes hablan del futuro prometedor, pero sin duda para alcanzar ese escenario antes habremos de atravesar otro muy diferente, de transición, en el que los coches de diferente signo (autónomos, no-autónomos, eléctricos, de combustión, conectados, sin conectar) por fuerza tendrán que convivir. ¿Y cómo se puede establecer un lenguaje que les facilite la convivencia? Seguramente, con señales de tráfico parecidas a estas.

Carril de recarga para eléctricos que no paran

Quizá esta sea la menos imaginativa de las señales que podríamos encontrar en breve en nuestras carreteras. Si fuera posible en el futuro recargar baterías a medida que los vehículos avanzan, como ya se ha intentado en varias ocasiones, quizá sería necesario moderar la velocidad de los vehículos para conseguir una mayor eficiencia en la recarga, y por tanto esta circunstancia debería ser advertida al resto de los conductores.

Carril para coches autónomos en un mundo humano

Sin olvidar que hay cosas que los coches autónomos nunca podrán hacer, la transición de los coches conducidos por personas a los coches autónomos es el mayor de los berenjenales en el que nos vamos a meter en los próximos años. O, mejor dicho, en el que nos van a meter. Siendo así las cosas, quizá haya quienes opten por regular la circulación de los coches sin conductor humano, relegando esta a unos carriles debidamente señalizados.

Las obras de mantenimiento de un futuro robotizado

Dicen algunos filósofos de la Economía de bolsillo que "lo que no van a hacer nunca las máquinas es fabricar máquinas", pero por lo demás hay puestos de trabajo que en un futuro más cercano que lejano se auguran negativos para la mano de obra humana, y positivos para la pinza mecánica. Llegado el momento, quizá hasta las obras de la calle caigan en el poder de las máquinas y la señalización circunstancial de obras deba cambiar en consonancia.

Eso sí, esperemos que al menos las máquinas que coloquen las señales de obras en la calzada sean más rigurosos con esas señales que se quedan abandonadas para siempre jamás, aunque la obra haya sido concluida, inaugurada y consumida.

Conviviendo con el monstruoso Straddling Bus

Straddling Bus, Transit Elevated Bus o TEB-1. Llamémosle como queramos, pero en China ya se está probando, de manera que no forma parte sólo del futuro, o quizá es que el futuro ha llegado antes de tiempo. Si triunfa, habrá que convivir con ese autobús que deja espacio para los coches... por debajo de sí mismo.

Sin duda, el monstruo que devora coches a su paso, como si se tratara de un enorme Tragabolas de Brekar con ruedas, será una atracción de feria para la que más vale que tengamos señales que nos prevengan. Al menos, hasta que nos hayamos acostumbrado a ellos o hasta que terminen con nosotros.

Próximo Hyperloop, por si acaso resulta que sí

Quizá Elon Musk sea un cantamañanas™ (guiño para ciertos comentaristas habituales de Motorpasión, que se pasan la vida discutiendo sobre eso), pero en el caso de que no lo sea, estará bien tener a mano una señal para informar de la proximidad de una estación de Hyperloop y, en caso de que el sistema de comunicaciones más acelerado de mundo permita aparcar el coche en un vagón como si se tratara de un veloz ferry terrestre, disponerse a aparcar y relajarse antes de emprender un cómodo viaje que se desarrollará a la velocidad del rayo.

Vía | CarKeys

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