Desde hace años se han anticipado los múltiples usos que los conductores, despojados del placer de conducir, harían de los coches autónomos. Habitáculos convertidos en salas de visionado, de reuniones, de relax...
Tanto, que en San Francisco están aprovechando el boom de los robotaxis para mantener relaciones sexuales sin un conductor que les moleste.
Privacidad, lo que se dice privacidad...
En la cabecera The San Francisco Standard han recopilado una serie de testimonios de usuarios de robotaxis de Cruise -la división de General Motors- que aseguran que han tenido sexo en uno de estos vehículos.
Algunos de ellos han aprovechado los viajes sin conductor al máximo y acumulan varias sesiones subidas de tono en las que han hecho mucho más que mirar por la ventanilla o vigilar que el coche no se vaya de madre: "No hay nadie que te diga que no puedes hacer eso", explica uno de ellos.
Aunque no han conseguido encontrar usuarios de Waymo que hayan elegido sus coches para cumplir fantasías, la compañía de Google asegura que la gran mayoría de sus clientes "son respetuosos".
"Fue realmente gracioso porque [el Cruise] se calentó bastante y se empañó hasta el punto de que el parabrisas estaba completamente empañado; en cualquier otro contexto, en cualquier otro vehículo, eso sería un problema real", relata uno de los protagonistas a The San Francisco Standard.
Otra usuaria aprovechó que era su primer viaje nocturno en un robotaxi y se puso manos a la obra con un chico.
Lo cierto es que, aunque los clientes de estos taxis autónomos sientan que tienen privacidad para hacer lo que quieran en su interior, nada queda más lejos de la realidad.
Waymo explica en su web de preguntas y respuestas que disponen de cámaras dentro del coche como forma de asegurarse de que el viaje transcurre sin problemas, los vehículos están limpios, verificar que se sigan las reglas u ofrecer ayuda en caso de emergencia.
Y también hay micrófonos, tanto fuera como dentro. En el caso de Cruise, también se graba en vídeo el habitáculo a través de tres cámaras de gran angular montadas en el techo. "Solo grabamos audio durante las llamadas de soporte activas", detalla la compañía.
En cualquier caso, estas grabaciones únicamente se revisan si ha ocurrido algo durante el viaje (en teoría).
De momento, las normas de usuario de estas compañías no mencionan explícitamente la prohibición de practicar sexo durante el viaje, aunque Cruise, por ejemplo, ruega a los pasajeros que no hagan nada que "potencialmente incomode a otros" y que eviten actividades que puedan clasificarse como "amenazantes, conflictivas, discriminatorias, acosadoras, irrespetuosas, ofensivas o inapropiadas hacia los demás".
Todo apunta a que tendremos más noticias de este asunto, porque los taxis autónomos de Waymo y Cruise ya pueden operar las 24 horas los siete días de la semana en San Francisco.
Y es que al final, aunque la tecnología avance, el hombre seguirá siendo un animal de instintos.