De todos es conocida la amistad que une al pueblo judío con sus vecinos árabes. La dependencia energética que tienen con ellos es algo que quieren atajar, por ello van a apostar fuerte por una red pública de repostaje eléctrico. Van a sembrar de paneles solares el desierto del Néguev, donde la luz básicamente sobra: se calculan 4.000 megawatios de potencia.
Dadas las características del país en cuanto a tamaño y fronteras, los trayectos largos son todo menos habituales, por eso la autonomía de los eléctricos enchufables (sin un motor térmico que los asista, si no serían híbridos) aunque es baja, 100-150 kilómetros, es más que suficiente para sus necesidades. Podrán recargarse en casa por la noche o en emplazamientos públicos (500.000 proyectados) que pagará el Estado.
El año que viene los primeros modelos empezarán a circular, y en torno a 2010 la oferta comercial aumentará sustancialmente. Esperan reducir en un 25% las importaciones de petróleo para 2020, y dado que la energía será muy limpia de obtener, disfrutarán de un mejor aire.
Fuente | El País
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