Europa lleva tiempo tratando de reducir la dependencia de proveedores asiáticos en la esfera de las baterías para coches eléctricos, y hace unos meses recibió la aprobación de la Comisión Europea para iniciar el Proyecto ASTRABAT.
Con un presupuesto de casi ocho millones de euros, este proyecto estará coordinado por Francia hasta la fecha de finalización, en junio de 2023, y su objetivo es desarrollar una nueva generación de baterías de iones de litio de estado sólido para Europa.
No prescindirán del cobalto
ASTRABAT responde a las siglas 'All Solid-sTate Reliable BATtery' y pretende reforzar la cadena de valor de las baterías europeas. Estas baterías prometen mayor densidad de energía y potencia, mayor seguridad y un ciclo de vida más largo, mayor rango de temperatura durante el funcionamiento y todo ello resultando en coches eléctricos más baratos.
El proyecto está dirigido por un consorcio de 14 socios de ocho países europeos -en el que se incluye España- liderados por la CEA de Francia. Incluye centros de investigación y universidades líderes, así como empresas especializadas en baterías y energía.
Se centra en cinco objetivos:
- Desarrollo de materiales para un electrolito híbrido sólido y electrodos que permitan celdas de iones de litio de estado sólido de alta densidad de energía, alto voltaje y seguras.
- Diseño de una nueva generación de celdas a través de técnicas de procesamiento compatibles con rutas existentes de fabricación de celdas a gran escala (10Ah) y validación de un prototipo piloto en un entorno industrial.
- Desarrollo de una generación de celdas de estado sólido para 2030.
- Definir una arquitectura de celda eficiente para cumplir con las demandas de seguridad mejoradas.
- Estructuración de toda la cadena de valor de la batería de estado sólido, incluido el diseño ecológico, el final de la vida útil y el reciclaje.
¿Cómo lo harán? El electrolito híbrido ASTRABAT se basará en polímeros y una carga y membrana inorgánica. Estos materiales abordarán la generación de celdas de cuarta generación utilizando materiales de cátodo de alto voltaje, basados en óxido de níquel manganeso y cobalto, y ánodo a base de silicio.
El proyecto es parte de un plan de la Unión Europea para impulsar la movilidad eléctrica con el fin de ayudar a lograr su objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 80-95 % para 2050. "Es de importancia estratégica para Europa llegar a un batería de iones de litio competitiva y que permita independencia en sus modelos de transición energética", explican desde la Comisión.
Por el momento, Asia lleva la delantera: China (que copa el 80 % de la producción), Corea y Japón poseen la mayor capacidad mundial de fabricación de baterías, aunque el País Vasco es la cuna de un ambicioso proyecto europeo que busca revolucionar las baterías de coches eléctricos.
España -en concreto, el centro CIDETEC- también forma parte del proyecto europeo de baterías de magnesio E-Magic, con un presupuesto de 6,7 millones y una duración de tres años (hasta 2022). ¿Su objetivo? Explotar la alta capacidad de almacenamiento del magnesio y desbancar al litio.
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