Llevamos años hablando del coche de Apple. Que si llegará en 2020, que si mejor en 2021, que si lo fabricará Fiat... El último rumor nos llega directo desde Bloomberg: Al final, el coche de Apple podría no ser un coche (físicamente), sino un sistema de conducción autónoma. Una solución al puro estilo de CarPlay.
De acuerdo con una fuente cercana al Project Titan —como se le conoce al proyecto—, el líder del programa, Bon Mansfield, está impulsando un cambio de enfoque, para que en lugar de que Apple desarrolle su propio vehículo, únicamente desarrolle el software de un sistema de conducción autónoma, para asociarse con algún fabricante ya establecido.
El hermetismo de Apple y el éxito de CarPlay nos invitan a pensar que, en realidad, en Cupertino se están planteando la idea de vender el programa a diferentes marcas. Tesla ha demostrado que en ocasiones, las cosas se resuelven con puro software. Tratándose de Apple, esta estrategia suena mucho más cercana a su modelo de negocio.
La firma de la manzana mordida no tendría que preocuparse por procesos de manufactura, disposición de refacciones, capacitación de talleres ni establecimiento de concesionarios, sino únicamente de proporcionar el software al fabricante que así lo desee. La pregunta es, con prácticamente todos los grupos automotrices desarrollando su propio sistema de conducción autónoma, ¿a Apple quién le queda como cliente?