Cuando el sueño de tu hijo es ser piloto, le construyes una pista de karts en el patio de tu casa, pero todo el barrio se te echa encima

Imagínate que a tu hijo le encanta conducir y quiere convertirse en piloto profesional, que vives en una casa con un terreno enorme y que tienes tanto dinero como para construirte un circuito en el patio de esa casa. Es el sueño de cualquier petrolhead y alguien lo ha cumplido en la localidad de Highland, en Maryland, Estados Unidos.

Piénsalo, con una pista de carreras en tu propia casa, no pierdes el tiempo en viajar de circuito en circuito y tu hijo puede rodar cuando quiera y tanto como quiera. Son todo ventajas, así que, a finales de 2023, la pista ya estaba lista, previo desembolso de unos 100.000 dólares por parte del propietario. Pero el dueño de esta casa no tuvo algo en cuenta: los vecinos.

“La pista debe eliminarse por completo”: los vecinos le han declarado la guerra

En todas partes cuecen habas y lo normal es que en todos los vecindarios haya problemas, por todo tipo de razones, sin embargo, que el motivo del enfrentamiento entre vecinos sea una pista de karts, no es tan habitual.

Según cuenta The Drive, las personas que viven cerca de la casa donde está el circuito de karts se han puesto en pie de guerra porque temen que esta pista les traiga muchos problemas, desde el ruido de los karts que perturbaría la tranquilidad de una zona rural muy apacible hasta el ajetreo que generaría el tráfico de gente yendo y viniendo a rodar en este circuito casero.

Los vecinos se han puesto en marcha para demoler la pista y lo están intentando de todas las maneras. Primero hablaron con los responsables políticos del condado de Howard, pero no obtuvieron respuesta y, mientras tanto, el dueño de la casa asfaltó la pista.

Más tarde, el condado emitió una orden de suspensión de obras, pero el circuito ya estaba construido en ese momento, por lo que se dio orden de no utilizar el trazado, alegando “La construcción de una pista de carreras que no es accesoria a un uso permitido en una propiedad con zonificación residencial rural; y, alteración/relleno de los humedales y la zona de amortiguación del arroyo en una propiedad con zonificación residencial rural”.

El pasado 30 de julio se celebró una reunión de vecinos para tratar esta cuestión. Acudieron más de 80 residentes de Highland, todos ellos contrarios al circuito, pero el propietario de la casa (y la pista) no asistió, en su lugar fueron su abogado y un ingeniero civil, por lo visto, el mismo que diseñó la pista.

El objetivo de estas dos personas, conscientes de lo impopular que fue la pista desde el primer día, era limar asperezas y convencer a los vecinos de que le dejasen al propietario utilizar su circuito. Para conseguirlo, pusieron unas condiciones: dijeron que no todo el mundo podría ir a correr allí, sino que únicamente la utilizarían su hijo y dos amigos, siempre con karts eléctricos y dentro de un horario designado.

No fue suficiente para convencer a nadie. En la reunión, los vecinos expusieron, entre otras cosas, que “el propietario no siguió el proceso adecuado del condado ni recibió las aprobaciones necesarias para construir la pista de carreras”.  También aseguraron que “están dispuestos a imponer restricciones al uso condicional, incluida la limitación de los días y las horas en que se usaría la pista, el tipo de vehículo que se podría usar en ella (es decir, solo karts eléctricos) y los usuarios permitidos en la pista”.

Los vecinos se niegan a que esa pista tenga cualquier tipo de actividad e incluso han creado una petición en Change.org para dar visibilidad a su problema, conseguir firmas y hacer fuerza para que esa pista sea demolida. Dicen que “el propietario de la propiedad no realizó ningún estudio ambiental o de salud antes de construir la pista de carreras. La pista está a menos de 100 pies (30 metros) de las propiedades vecinas y afecta negativamente a la vida silvestre, incluidos los humedales ubicados a menos de 25 pies (alrededor de 8 metros) de la pista de carreras”.

Imagen: Change.org

De paso, los vecinos dicen que, como el propietario de la casa con la pista no pidió permiso antes de construirla, no se fían de él ni de su promesa de que únicamente su hijo y dos amigos usarán la vista. Y añaden que “los residentes no quieren la responsabilidad adicional de supervisar a un vecino”.

Pero sus alegaciones van más allá y aseguran que “los residentes vecinos están preocupados además de que, si se concede el uso de la pista, este uso condicional podría facilitar que el propietario de la propiedad también instale un helipuerto”.

Todo queda recogido en la petición de Change.org, que termina de forma muy clara: “Esta petición sirve como documento para expresar el desacuerdo con cualquier uso condicional que se conceda. Esta petición también sirve como documento para expresar que la pista de carreras debe eliminarse por completo”.

Según cuenta The Drive, se han puesto en contacto con el dueño de la casa para conocer su versión de este asunto, pero se ha negado a prestar declaraciones a este medio. Mientras tanto, la pista sigue incendiando los grupos de Facebook de los vecinos.

Imagen: West Howard Living, Facebook

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