Del Bugatti Veyron sabemos, entre otras muchas cosas, que es un superdeportivo apto para realizar funciones policiales en Dubái y también que es un modelo algo reticente a agotar su vida comercial. Para echar un cable en la promoción del coche, y también por aquello de sacar pecho, la Policía de Delft (Países Bajos) se ha hecho con un Bugatti Veyron Grand Sport y lo ha vestido de esta guisa. Pero que no sufran los malos de por allí, que el coche no se moverá del sitio. Es sólo para las fotos.
No sabemos si es que los 407 km/h de velocidad máxima que alcanza se revelan insuficientes para los garantes del orden, o si es que la inexistencia de unos asientos traseros hacen inútil el vehículo para arrestar maleantes y llevarlos a comisaría. O quizá sea la bimillonada que cuesta... El caso es que los muchachos de la Policía de Delft, que parecen ser unos cachondos, se fueron ayer de parranda con el coche mientras Twitter recogía la crónica del evento:
Conducimos el Bugatti Veyron hasta el circuito de la Policía en Lelystad.
Nosotros ya hemos elegido. Ahora sólo falta el jefe de flotas...
Hay 300, pero como este ninguno. Por este medio presentamos el Bugatti Veyron Policía.
Al final se desmintió la compra y se aclaró que el coche sólo estaba ahí para las fotos que se utilizarán el día 4 de octubre en un acto institucional del Cuerpo. Y en parte casi es mejor así, porque con lo que corre el bicho, una vez metido en una planicie de sólo 41.543 km² (una doceava parte de la superficie de España) lo difícil iba a ser no caer en un problema de competencias territoriales con los países vecinos.
¡Un saludo para Totis!