Hay algunos para los que nunca es suficiente. Ni siquiera un extremo Lamborghini Aventador SVJ está a la altura en parámetros de prestaciones, radicalidad o exclusividad para algunos y por eso hay empresas como Mansory dedicadas a crear algo que va un paso más lejos de lo que para muchos de nosotros ya está a años luz.
Esta bestia de color verde que ves sobre estas líneas es el Mansory Cabrera, o lo que el preparador de lujo cree que debe ser un coche ya extremadamente afilado. La presentación de este superdeportivo un poco más exprimido tendría que haber visto la luz en el Salón de Ginebra, pero el coronavirus nos ha obligado a tener que conformarnos con unas pocas fotos y un vídeo.
Mansory, o cómo radicalizar un coche extremo
Seguro que hay mentes en el mundo a las que un Aventador SVJ les parecerá un coche descafeinado. Para todos ellos desde Mansory han desarrollado una carrocería totalmente nueva y fabricada íntegramente en fibra de carbono. Todo ha sido retocado, desde el paragolpes delantero con nuevas canalizaciones hasta el alerón posterior y el enorme difusor, cubierta del motor, pasando por paneles laterales, capó, pasos de rueda o las taloneras.
La carrocería es aún más ancha que antes, con un crecimiento de 40 mm para dar alojamiento a unas llantas ampliadas con medidas de 20 y 21 pulgadas delante y detrás respectivamente. Frenos carbocerámicos con nuevas pinzas de freno firmadas por Mansory se encargan de detener el conjunto.
Hay un detalle más en el que seguro que has caído. Es fácilmente reconocible como un Aventador por sus líneas, pero no por su mirada. En el Cabrera los chicos de Mansory se han querido mojar suprimiendo los faros delanteros por unos nuevos grupos ópticos LED mucho más pequeños.
Pero el Cabrera no sólo va de cambios estéticos, sino que este pura sangre boloñés ha recibido un toque de picante. Su propulsor 6.5 V12 atmosférico de serie ha sido apretado para rendir 40 CV más, pasando de los 770 CV del Aventador SVJ de serie a los 810 CV del Cabrera. Resultado: 0-100 km/h en 2,6 segundos y una zaga con cuatro salidas de escape.
La obsesión por la fibra de carbono se ha trasladado también al interior, destacando las nuevas molduras, el volante, la consola centra... pero sobre todo los asientos con un diseño extremadamente futurista. El color verde, la Alcántara y la insignia Cabrera se reparten por todo el interior.
El precio no ha sido revelado, pero no va a estar al alcance de cualquiera, y menos sabiendo que cada uno estará basado en la escueta tirada de máximo 900 unidades del Aventador SVJ, cada uno con un precio próximo a los 450.000 euros.
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