Desarrollar el Fórmula 1 más rápido y arrasar año tras año frente a rivales de la talla de Ferrari, Mercedes-AMG o McLaren ya es una tarea muy complicada que debería ocupar todo el tiempo y todos los recursos de Red Bull Racing, pero los de Milton Keynes no piensan lo mismo y consideran que todavía pueden hacer más cosas, como uno de los hiperdeportivos más rápidos, caros y exclusivos del mundo.
No es ninguna sorpresa porque este proyecto se dio a conocer en 2022, pero es ahora cuando el RB17 ha visto la luz. Lo ha hecho en el Festival de la Velocidad de Goodwood y, además de conocer su diseño, se han confirmado sus especificaciones y otros detalles, como el número de unidades que se fabricarán y su (estratosférico) precio.
“Esa es la parte embarazosa y todavía me siento avergonzado": incluso Adrian Newey piensa que es carísimo
Red Bull ya tiene su hiperdeportivo de calle. Se llama RB17 y es, junto con el Mercedes-AMG One, lo más parecido a un Fórmula 1 homologado para circular por la vía pública. La división Red Bull Advanced Technologies está al frente de este proyecto, pero ha contado en todo momento con la ayuda de Red Bull Racing, hasta el punto de que Adrian Newey, el máximo responsable de que el Red Bull de F1 sea un misil, se ha encargado del desarrollo de este coche.
El objetivo que se marcó Newey cuando arrancó el proyecto del RB17 fue hacer un coche de calle tan rápido como un Fórmula 1: “Nos aseguramos de diseñarlo como un biplaza, para que la emoción de conducir a velocidades de F1 se pueda disfrutar con un amigo o compañero”, ha dicho el ingeniero británico.
El nombre RB17 también tiene su explicación en la Fórmula 1. En el año 2020, Red Bull Racing utilizó el RB16 para ganar los campeonatos de pilotos y constructores. En 2021, en plena pandemia del Coronovirus, Max Verstappen y Sergio Pérez utilizaron el RB16B y ya en 2022 estrenaron el RB18. Nunca existió el RB17 de Fórmula 1, así que este hypercar se ha quedado con ese nombre.
De momento, hay que esperar para saber de lo que será capaz esta salvajada que ha salido de la mente de Newey y que Red Bull ha hecho posible, pero todo apunta a que será uno de los coches más rápidos del mundo. Y no solo por su espectacular diseño, sino por sus especificaciones técnicas.
Es híbrido y combina un motor V10 atmosférico con otro eléctrico para desarrollar más de 1.200 CV. El bloque térmico es capaz de entregar 1.000 CV y de girar a un régimen máximo de 15.000 rpm, por lo que estamos ante una de las mecánicas de combustión más bestias de los últimos años, y todo ello pesando únicamente 150 kg.
"Un V8 turbo ciertamente habría dado esa potencia, pero, obviamente, no suena tan bien como un motor de aspiración natural. El colmo de la especie a nivel de sonido de la Fórmula 1 fueron los V10 de altas revoluciones que se utilizaron hasta finales de 2005”, ha comentado Newey.
De transmitir toda la potencia a las ruedas traseras se encarga una caja de cambios “de fibra de carbono” de la que todavía no han trascendido detalles. El chasis del coche también está hecho en fibra de carbono para lograr la máxima ligereza posible.
El peso total del coche es de menos de 900 kg, es decir, menos de lo que pesa un Dacia Spring, por lo que las prestaciones están aseguradas. Red Bull dice que alcanzará velocidad máximas superiores a los 350 km/h, que generará hasta 5G en las frenadas y que “ofrece tiempos de vuelta equivalentes a los de la F1”. Además, Red Bull promete que será muy fácil de conducir.
Solo se fabricarán 50 unidades, según Red Bull para poder producir el RB17 íntegramente en la fábrica de Red Bull Advanced Technologies de Reino Unido, utilizando, además, piezas procedentes de los mismos proveedores que utiliza el equipo de Fórmula 1.
Cada unidad del RB17 costará 6 millones de libras, más de 7,2 millones de euros al cambio actual. Además de llevarse el coche, sus dueños contarán con la asistencia técnica de Red Bull durante un año y podrán participar en un programa de eventos exclusivos que les permitirá conducir su coche en los mejores circuitos del mundo.
En cualquier caso, el precio es lo que menos le gusta a Adrian Newey del coche, según ha reconocido en Goodwood. Es el coche de producción (eso sí, muy limitada) más caro que existe, es más, cuesta casi el doble que el nuevo Bugatti Tourbillon.
