Hay coches que valen lo que se pide por ellos y otros que no son más que pura especulación vacía de sentimientos, emociones o razones. Lejos de encontrarse dentro del segundo grupo, este Ferrari F40 de 1989 que puedes ver sobre estas líneas será subastado el próximo 2 de septiembre en Salon Privé de Silverstone Auctions y su precio es una bonita cifra en torno al millón de euros.
Últimamente hemos visto coches más modernos, menos especiales o algo más atípicos salir al mercado de segunda mano por esa cantidad, pero creemos que es hora de reivindicar a esos grandes coches mágicos que supusieron un punto de inflexión en la historia del automovilismo y los deportivos de altas prestaciones. El F40 es uno de ellos.
Perfección vestida de rojo y con certificado Ferrari Classiche
Bien es cierto que vuelve a tratarse de uno de esos coches apenas utilizados, ya que la casa de subastas afirma que antes de haberse restaurado por completo se certificaron menos de 3.000 kilómetros en su contador, y desde entonces no ha recorrido más de 592 km adicionales.
La restauración fue llevada a cabo por el especialista de Carrozzeria Zanasi afincado en (como no podía ser de otra forma) Maranello en 2016, cuidando cada detalle al máximo y desembolsando un total de 300.000 euros antes de obtener el certificado Ferrari Classiche. Obviamente, su estado es absolutamente PER-FEC-TO.
Bajo el capó trasero, un maravilloso motor totalmente revisado de ocho cilindros en uve turboalimentado de casi 500 caballos de potencia que le permitían poner sus apenas 1.100 kg de peso a 100 km/h en 3,8 segundos y despachar el cuarto de milla en 11,8 segundos.
Antes de este F40, RM Shoteby's subastú uno con algo más de 5.600 km por 1,017 millones de euros y dentro de poco otro F40 de 1991 con 4.500 km saldrá a subasta en Monterrey por un precio estimado a partir de entre 1,1 y 1,3 millones de euros.
La diferencia con estos es que al ser uno de los F40 previos a 1990, el número de chasis ZFFGJ34B000080726 no cuenta con catalizador y es uno de los únicos 50 que llevaban ventanillas deslizantes de plexiglas para reducir peso, además de no equipar la suspensión regulable.
Así que ya sabes, si quieres un coche que marcó una época con menos de 3.600 km y absolutamente perfecto te toca sacar el talonario y poner siete cifras sobre la mesa. Si lo consigues tendrás nuestra más sincera envidia por el resto de los días. En cualquier caso esperemos que su futuro dueño sí decida darle la vida que merece y usarlo.