El Mercedes-AMG Project One se retrasará al menos nueve meses, y la culpa es de su motor de F1

Hace unas semanas vimos al Mercedes-AMG Project One paseándose por carretera con algunas modificaciones en su carrocería. Estas pruebas están siendo determinantes a la hora de poner a punto la versión definitiva del hiperdeportivo alemán, especialmente ahora que sabemos que no va a ser tan fácil que llegue a la calle.

El Project One es una bestia concebida con el firme propósito de ser uno de los coches de serie más rápidos y avanzados tecnológicamente del mundo, tanto como que para conseguir su propósito los de Affalterbach van a utilizar un motor derivado de la Fórmula 1 y su adaptación está dando más problemas de los esperados, por lo que su llegada se va a retrasar.

Nadie dijo que fuera sencillo usar un motor de Fórmula 1

Adaptar un motor de Fórmula 1 a un coche de calle es una de esas quimeras que tanto han poblado las mentes de los automovilistas desde que el ser humano se dedica a motorizar cosas, pero nadie dijo que fuera fácil.

El motor de seis cilindros en uve de 1.6 litros turboalimentado con un régimen de giro de hasta 11.000 revoluciones por minuto está derivado del monoplaza AMG-Petronas, una mecánica que nunca se diseñó para transferirse directamente a un modelo de calle. Para conseguir que el Project One pueda circular libremente por las carreteras tendrá que someterse a ciertos requisitos de homologación que, como era de esperar, están trayendo más de un quebradero de cabeza.

Con los ingenieros alemanes trabajando a contrarreloj para adaptar el V6 turbo a las especificaciones de calle, parece que no va a haber tiempo suficiente para cumplir con las promesas realizadas de antemano. Tobias Moers, el jefazo de AMG, así lo ha confirmado en una entrevista a Top Gear.

"La refrigeración del motor no es un problema ahora mismo", aseguró Moers, "lo más complicado es mantener un ralentí estable a 1.200 revoluciones". Y es que como bien sabes, las mecánicas de Fórmula 1 están pensadas para girar altas de revoluciones. Por debajo de un mínimo de en torno a 5.000 vueltas un motor de F1 simplemente no funciona y se cala porque necesita funcionar correctamente con una alta carga de admisión.

Esto es un problema para un coche de calle en el que la mayoría del tiempo se circula a bajas revoluciones y/o con un uso parcial o leve del acelerador. Sacar a un Fórmula 1 un comportamiento mínimamente refinado está siendo todo un dolor en la sesera de Mercedes-AMG.

Al mismo tiempo y según Moers, un ralentí inestable genera unas emisiones también inestables, y eso es un problema de cara a la homologación. "En un Fórmula 1 con un ralentí a 5.000 vueltas y un régimen de giro de 15.000 rpm a nadie le importan las emisiones, pero obviamente no es aceptable para la calle", sentenció el mandatario.

Al mismo tiempo no basta con coger el motor del Fórmula 1 y meterlo en una carrocería de coche de producción. Este V6 tiene que trabajar en consonancia con un complejo sistema de hibridación que le permite superar los 1.000 CV y asociarse con una caja de cambios que tampoco es la que utilizaba el propulsor de competición.

Debido a las modificaciones que están teniendo que introducir en el proyecto, Moers estima que los retrasos en la producción del Mercedes-AMG Proyect One son un hecho y que se llevarán al menos nueve meses de demora. Inicialmente las entregas estaban previstas para la segunda mitad de 2020.

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