El Corvette es toda una institución al otro lado del charco. Desde 1953 es el único deportivo estadounidense en haber tratado de tú a tú con los deportivos europeos. Y este mes ha salido de la planta de Bowling Green (Kentucky) el Corvette número 1.750.000. Sí, desde su lanzamiento en 1953, ya se han fabricado más de 1,75 millones de unidades del Corvette a lo largo de sus ocho generaciones.
La unidad número 1.750.000 se fabricó el pasado viernes y cuenta con una especificación que no es anodina. Su color Arctic White y el interior en Adrenaline Red son un homenaje al primer Corvette de 1953, que lucía un exterior Polo White y un interior de color rojo.
En su equipamiento cuenta con el pack opcional Z51, ideado expresamente para las tandas en circuito (mejor refrigeración, suspensión adaptada, neumáticos Michelin Pilot Sport 4S, etc), front lift y paquete estético en el compartimento motor.
El Corvette un millón (un modelo 1992) y el Corvette número 1.500.000 (un modelo de 2009), ambos de color blanco e interior rojo, están expuestos en el National Corvette Museum, donde esta unidad del C8 también estará expuesta hasta el 4 de septiembre, día en el que se sorteará el coche. (Puedes saber más acerca del concurso aquí).
El Corvette actual, el primero de su historia en disponer de un motor en posición central trasera, no ha tenido un lanzamiento comercial de lo más fácil. Primero fue una huelga en las factorías de General Motors que duró más de un mes que ralentizó su producción. Y luego fue la pandemia de covid-19 que paralizó varios meses la fábrica, como a casi todo el planeta.
La actividad en Bowling Green se reanudó a finales de mayo y desde entonces los Corvette C8 no han dejado de salir de la factoría. Y además, desde principios de agosto, se ha unido a la producción del Corvette Coupé, la versión descapotable.
Corvette: de fracaso a icono del automóvil estadounidense
Pero tampoco es que el primer Corvette tuviese mucho éxito. Presentado inicialmente en la exposición itinerante Motorama de GM como un concept car, el EX122 causó sensación en su primera aparición. Fue en el Waldorf-Astoria de Nueva York en 1953. Al poco tiempo se inició la producción en serie.
Todas las unidades lucían una carrocería de color "blanco polo", un interior rojo y bajo el capó el mismo 6 cilindros de 3.850 cc Blue Flame que el coche de los Motorama. El precio de base del Corvette de 1953 era de 3.498 dólares. No era un coche precisamente barato, era 75% más caro de lo habían pensado en GM. De hecho, era el Chevrolet más caro de la gama; costaba el equivalente a dos Special 150 de 2 puertas, el modelo más barato de Chevrolet en 1953.
Los dirigentes de GM esperaban vender unas 10.000 unidades al año. Finalmente, sólo se frabicaron 3.640 Corvette al precio de 3.523 dólares en 1954. Y todavía había poco más de 1.100 unidades de Corvette '54 todavía sin vender en enero de 1955.
El Corvette era un coche bonito, no cabe duda, pero sus prestaciones no estaban a la altura de sus rivales. Tampoco es que fuera lento, cubría el 0 a 60 mph (96 km/h) en 11 segundos, pero no era suficiente. El público en busca de un modelo estadounidense de prestigio sólo tenía ojos para el Ford Thunderbird y su V8 de 190 CV.
Finalmente, el V8 small block (4.300 cc y 195 CV) estuvo disponible en 1955. Ese año, el 90% de los clientes optaron por el V8. Chevrolet abandonó entonces definitivamente el 6 cilindros para el Corvette. Pero no fue hasta 1957, cuando Zora Arkus-Duntov -considerado el padre espiritual del Corvette- empezó a trabajar en el coche para mejorar sus prestaciones que las ventas comenzaron a despegar realmente. Y hasta hoy.
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