El Brabham BT62 es uno de los superdeportivos más bestiales y exclusivos del mercado. Nacido por y para los circuitos, con su V8 atmosférico de 5.4 litros de 710 CV y con una aerodinámica que le otorga hasta 1.200 kilos de apoyo. Ahora, nos llega el Brabham BT62R, una versión homologada para circular por calle y que conserva el V8 de 700 CV y el enorme apoyo aerodinámico.
No es la primera vez que un Brabham sale a la calle, pero en esta ocasión se trata de una versión pensada para uso en carretera. Hasta ahora, Brabham proponía un kit de conversión para circular por calle, válido incluso en la Unión Europea. El kit cuesta 150.000 libras, o lo que es lo mismo, unos 167.000 euros que hay que añadir a los 1,15 millones de euros del BT62.
Por ese precio se incluía una dirección un tanto más lenta para facilitar las maniobras a baja velocidad, comodidades como el aire acondicionado, el cierre para las puertas o una tapicería de mayor calidad.
El BT62R, con carrocería en fibra de carbono, cuenta con una puesta a punto de las suspensiones específica para el uso en carretera abierta, una suspensión que permite modificar la altura libre. El conductor puede así escoger entre una altura libre de 70 mm, 90 mm, 110 mm o 130 mm con solo presionar un botón.
A nivel estético, luce un nuevo spiltter delantero, una toma de aire en el techo, un nuevo difusor trasero y un alerón monoplano. Las llantas calzan Goodyear Eagle F1 SuperSport y detrás de ellas, los discos de freno carbocerámicos. Por último, el escape sería en teoría algo más discreto (esperemos que no mucho, habida cuenta de cómo suena).
Un Brabham de calle que añora los circuitos
El BT62R cuenta ahora con cierre centralizado, tapicería de Alcantara, aire acondicionado, nuevos compartimentos para guardar lo que sea, un equipo caraudio con altavoces y un mayor aislamiento térmico y acústico. Eso sí, sigue sin tener elevalunas eléctricos, pues mantiene la ligera apertura deslizante, cual coche de carreras.
Huelga decir que el BT62R sigue siendo básicamente un coche de tandas en circuito, solo que ahí su dueño lo puede por llevar conduciendo y no en un remolque. Conserva su transmisión secuencial de seis velocidades e incluso con las relaciones de transmisión y una gestión del motor con especificaciones, digamos civiles, el BT62R puede volver fácilmente al modo Competición, especialmente cuando se usa con el Track Pack opcional.
Para uso en circuito, se pueden cambiar el alerón trasero, el difusor y el splitter por los de la versión original de circuito. Por otra parte, la transmisión, que usa el embrague para unos cambios suaves en la carretera, prescinde del embrague para los cambios en circuito, aprovechando los 662 Nm de par máximo del V8.
Brabham Automotive, fabricante de los BT 62 y BT 62R, tiene a su frente a David Brabham, hijo de Sir Jack Brabham. Éste fue el único piloto de Fórmula 1 de la historia que ha ganado un campeonato en un coche que lleva su propio nombre. Aunque el equipo Brabham F1 se disolvió en 1992, David ha trabajado duro durante más de una década para que el apellido Brabham volviese a la competición. Y el BT62 es el primer paso para ello. La marca tiene la intención de correr en las 24 Horas de Le Mans de 2022 con el BT62.
Para entonces, los coches que se entreguen a los clientes podrán lucir una librea creada por el propio cliente (acabado Signature Series) o bien una decoración conmemorativa en honor a una de las 35 victorias de Fórmula 1 logradas por los Fórmula 1 de Brabham (acabado Celebration Series). De momento, en las fotos, luce el Adelaide Red de Brabham. El precio del BT62R de base es de 1,4 millones de euros sin impuestos.
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