Si te compras un coche nuevo debe llevar el Asistente de Velocidad Inteligente. Me parece un dolor de cabeza

Me subo en el coche, arranco y en cuestión de segundos escucho un pitido, más o menos molesto en función del modelo. Es la tónica en todos los coches de prueba que he cogido a lo largo de las últimas semanas. La Unión Europea tiene la culpa.

A partir de julio de 2024, todos los automóviles nuevos que se vendan en la Unión Europea deben incorporar ocho nuevos ADAS (sistemas avanzados de asistencia a la conducción). Entre ellos está el ISA (Asistente de Velocidad Inteligente) y una de sus funciones es emitir un aviso acústico cada vez que se supera el límite de velocidad de una vía.

Se puede desactivar, pero se pone en marcha cada vez que se arranca el coche

Gracias a distintas normativas, los coches llevan de serie muchos elementos de seguridad que de otra forma hubieran sido opcionales, desde el ABS hasta el sistema de frenado de emergencia (EBS). Hace unos años, la Unión Europa, se puso más seria y decidió que todos los coches nuevos que se vendan en nuestro mercado deben tener una serie de ADAS. Algunos son obligatorios desde 2022 y este mes de julio de 2024 pasan a ser obligatorios otros tantos, concretamente ocho ADAS.

Entre ellos está el ISA, es decir, el Asistente de Velocidad Inteligente. Lo que hace este sistema es combinar varias funciones, como el lector de señales de tráfico y el control de crucero adaptativo para evitar que circulemos por encima de la velocidad legal de cada vía.

Como recuerda el RACE, hay diferentes tipos de ISA: el informativo simplemente manda avisos, que pueden ser acústicos, mediante vibraciones en el volante y el acelerador o visuales a través del cuadro de instrumentos. Hay otro ISA que directamente intenta evitar que sigamos acelerando cuando sobrepasamos el límite de velocidad poniendo más duro el pedal del acelerador y, al mismo tiempo, mandando avisos acústicos, visuales y hápticos (vibración). El ISA más intrusivo combina todo lo demás con una función automática que reduce la velocidad para adaptarla al límite legal.

Cada fabricante decide qué tipo de ISA equipar en sus coches, pero, como mínimo, todos los coches que se vendan en Europa a partir de este mes deben llevar el ISA que manda avisos al superar la velocidad máxima.

La normativa europea permite desactivar el ISA, sea cual sea, pero cada vez que se arranca de nuevo el coche vuelve a activarse de forma automática. Lo lógico sería dejarlo activado porque es un plus de seguridad y hasta viene bien para evitar multas, pero en algunos coches hay que tener demasiada paciencia para mantenerlo activo y no apagarlo porque es insufrible.

Lo he comprobado varias veces a lo largo de los últimos meses. Casi todos los coches de prueba que he cogido recientemente están equipados ya con el ISA y lo cierto es que, en algunos, el ISA, por básico que sea, empaña muchísimo la experiencia al volante y el confort a bordo a base de pitidos.

Tengo claro que si el ISA actúa y manda avisos acústicos, por vibración y visuales es porque he superado el límite de velocidad de la vía por la que circulo, pero, siendo sinceros, es complicado circular a 30 km/h (o a 20 km/h) por muchas zonas urbanas y en cuanto se excede en 1 km/h el límite, el ISA se pone a trabajar.

Si el sistema de reconocimiento de señales no funciona perfectamente y se confunde en algún tramo, el ISA también actúa, y esto es algo relativamente habitual porque me he enfrentado varias veces a la situación de circular por el carril derecho en una autovía (sí, soy un bicho raro entre tanto abonado al carril central) limitada a 120 km/h y que el reconocimiento de señales de tráfico me indique que debo circular a 80 km/h porque detecta una señal reservada para una vía de servicio.

Los avisos hápticos y visuales se llevan medio bien, pero los pitidos de algunos coches son sumamente molestos. Como no me acuerdo del ISA cada vez que arranco un coche con ISA insufrible, caigo al primer pitido e intento desactivarlo con la mayor brevedad posible.

Pues bien, ese es el segundo problema del ISA, más allá de la molestia que genera con sonidos que te taladran el cerebro. En algunos automóviles, desconectar el ISA es muy complicado, tanto que se debería evitar apagarlo en marcha porque esa maniobra distrae y genera una situación de riesgo.

En otros, como los últimos lanzamientos de Renault, como el Renault Captur, es tan sencillo como configurar un modo personalizado con los ADAS que quieres tener activados y los que no. Por defecto, al arrancar el coche todos están en marcha, incluido el ISA, pero basta con pulsar un botón para que la configuración personal de los ADAS se active.

Con este botón se puede desactivar el ISA (y otros ADAS) en el Renault Captur.

Si en esa configuración decidimos apagar el ISA, se apaga cada vez que pulsamos el botón. Dentro de lo que cabe, es muy fácil y no genera distracciones.

El nuevo Nissan Qashqai tiene una función similar y en el Audi A3 Allstreet también comprobé que se puede hacer en un par de pasos: pulsando un botón físico con el que se accede directamente al menú de ADAS en la pantalla central y desactivando el ISA a través de la propia pantalla.

En otros, en cambio, es complicado, como en el Toyota Yaris y el C-HR. Para desconectar el ISA hay que utilizar los mandos del volante y moverse por los menús de configuración del cuadro digital hasta llegar al ISA y desconectarlo.

En marcha es peligroso hacerlo porque es una operación que distrae mucho, pero el pitido que ha decidido utilizar Toyota para el ISA es uno de esos que cuesta aguantar. El de SEAT o el de Audi son bastante más soportables.

Es una cosa más con la que hay que convivir, como con la falta de botones físicos en algunos coches. La idea del ISA es buena, pero algunos fabricantes podrían esforzarse un poco más para que los avisos acústicos que emite este sistema sean más llevaderos.

También te puede gustar

Portada de Motorpasión

Ver todos los comentarios en https://www.motorpasion.com

VER 12 Comentarios